La historia de la comedia cinematográfica está llena de películas en las que la búsqueda de un padre, madre o hijos perdidos o desconocidos aportó diversión, emoción y hasta momentos de poesía. Ninguno de esos elementos aparece en este film que oscila entre la comedia zarpada, los chistes de inodoro al estilo de los hermanos Farrelly -pero sin su desenfado- y un empalagoso sentimentalismo. Owen Wilson y Ed Helms interpretan a hermanos mellizos que al descubrir que el padre que creían muerto en realidad vive y no es quien su madre (Glenn Close), les había contado, salen en su búsqueda. Una aventura que pretende divertir, pero aburre.