Cuenta la leyenda que en 1990, el legendario Jim Henson, creador de los Muppets, murió de manera sorpresiva a sus 54 años. Su legado, es decir, su empresa, fue adquirida por el emporio Disney en 2004 para manejar personajes y nuevos productos en relación a esa franquicia.
Sus hijos, (Jim tuvo 5), se fueron disgregando en el medio sin mayor suerte y los famosísimos muñecos animados, fueron resucitados desde otro lugar, ya lejos del esplendor de los 70' y 80' donde eran estrellas de la televisión para niños.
Brian, uno de los varones de la familia, fue el más cercano a su padre en términos artísticos. Dirigió alguna peli incluso dentro de la compañía, y ahora, con mucha agua corrida bajo el puente, ha decidido llevar a las clásicas marionetas a un lugar desafiante: el mundo de la comedia escatológica adulta.
¿El resultado? Díficil decirlo. Tengo sensaciones encontradas con "The Happytime Murders" (¿Quién mató a los Puppets?). Por un lado, me gustan las movidas con riesgo.
Creo que utilizar la matriz de los Muppets desde lo físico (sorry, pero la comparación es sólo a nivel descriptivo) y combinarla con el desparpajo de una Melisa McCarthy encendida, era una apuesta intensa a priori. Ese universo, donde las marionetas conviven con humanos, se mostraba riesgoso a la hora de aventurar cómo funcionaría. Lo hemos visto eficaz en pelis familiares,... pero en comedias negras subidas de tono...
La cuestión es que con una modesta producción pero mucha tenacidad, Brian Henson decide plantearnos una historia clásica de policial negro, donde un ex-policía echado de la fuerza regresa para resolver un crímen, junto a una antigua compañera de trabajo. En esa vuelta, ambos mostrarán todos los atributos esperables a una "buddy-movie", pero aprovechando a fondo el carisma de McCarthy para llevar toda broma a un punto extremo donde pocos pueden llegar.
Phil (el muñeco, con la voz de la versión en inglés de un niño, Ryan Tran) y Connie (McCarthy) son dos colegas que hace un tiempo atrás, compartieron tarea como detectives. El primero, fue el único exponente de las marionetas dentro de los servidores de la ley, ya que no es tan frecuente que, a pesar de vivir juntos, los humanos cedan tantos espacios. Phil es astuto, oscuro y misterioso. Connie, un desastre total.
Un crimen es el punto obligado de reunión, una vez que el ahora investigador privado, decide ir a fondo con la cuestión y necesita ayuda.
Todo lo que se imaginen en cuanto a escenarios de corrupción, drogas, pornografía y demás ilegales, irán desplegandose a medida que el film avance. Los compañeros intentarán seguir el derrotero criminal de los responsables, pero harán mucho ruido a la hora de avanzar en la dirección esperada.
Henson hijo entiende mucho de marionetas y logra retrotraernos a esa ambiente delirante que tenían sus envíos con "Los Muppets": mucha dinámica, movimiento de manos, gritos y buenos efectos sonoros. Todo eso está presente. McCarthy aporta su peso en cuanto a maximizar el alcance de lo escatológico, incómodo y poco sutil. Está ahí para mostrar su delirio e incomodarnos, y le sale, como siempre, más que aceptablemente.
Desde el punto de vista argumental, hay muchas cosas que me dejan pensando que, a pesar de las buenas intenciones, "The Happytime Murders" no alcanza los niveles esperados para una cinta que maneja tan prestigiosos muñecos (aunque no sean "oficiales", desde ya). Intenta llevar ese mundo infantil y dinamitarlo dentro del esquema de las comedias negras policiales.
Logra diluir su fuerza porque tiene a una comediante cuyo histrionismo barre la pantalla cada vez que aparece y tampoco muestra riqueza a la hora de explorar las relaciones en ese escenario donde marionetas y humanos, pretenden convivir en equilibrio.
La siento, incómoda y de a ratos aburrida, como típica comedia de esas que ya me resisto a ver, donde se cree que la suma de gags físicos deben resolver deficiencias del guión. Desde ya, creo que es una movida interesante para los fans de la franquicia que no se puede nombrar, pero hay que ir advertidos que nada de lo que verán, es para la familia ni los niños.
"The Happytime murders" es un producto desafiante, desparejo y singular.
No me cerró pero tiene el crédito abierto por intentarse a combinar universos particulares, desde una óptica distinta, que pretende reposicionar las clásicas marionetas que fueron hit en nuestros días mozos (snif!). No creo que esté logrado, pero si buscan algo de diversión, puede verse sin problemas.