En 2009, el adolescente Luciano Arruga, de 16 años, no se presentó en casa de su hermana Vanesa. Fue la fecha en la que empezó la pesadilla, con ella y su madre en largo y penoso peregrinaje cuesta abajo, por los laberintos más oscuros de la violencia y la complicidad policial del conurbano. La tortura en una sede policial que no estaba habilitada para alojar detenidos -hoy espacio de la memoria- y la posterior desaparición de Luciano constituyó un caso conocido, y difundido, de la crónica de la violencia institucional.
Esta película, que arranca con el desgarrador relato de esa hermana en sede judicial, reconstruye la historia de Luciano Arruga a través de los testimonios de familiares, pero también de los que fueron involucrándose para apoyar la lucha por su Justicia.