De la provocación al conservadurismo
El Walter White que Bryan Cranston interpreta en Breaking Bad, la Brenda Blethyn de El jardín de la alegría, la Mary-Louise Parker de Weeds… y siguen las firmas. Gente común, vecinos del barrio, gente por momentos incluso bastante queribe que sortea sus dificultades financieras vendiendo drogas. Lo mismo hace David Clark (Jason Sudeikis), que trafica marihuana para el narco de Denver que encarna a pura exageración Ed Helms.
Pero a ese antihéroe que es David unos marginales le roban la plata y la mercancía, y es obligado por su jefe a que ingrese marihuana (mucha, toneladas) desde México para saldar la deuda y quedarse con una buena diferencia económica. El protagonista cree que la mejor forma de hacerlo es “camuflándose” como una familia de vacaciones (los Miller del título) y, así, termina viajando al sur junto a una stripper llamada Rose (Jennifer Aniston en plan Demi Moore) y dos adolescentes: la rebelde Casey (Emma Roberts) y el virgen Kenny (Will Poulter).
Lo que sigue es un bombardeo casi desesperado, una acumulación infinita de chistes pedestres y vulgares (la araña que pica los genitales de Kenny), observaciones obvias sobre el patetismo de buena parte de la clase media norteamericana (puestas, sobre todo, en el previsible y aburrido matrimonio que viaje en casa rodante interpretado por Nick Offerman y Kathryn Hahn) y muchos, demasiados estereotipos (no pasarían la prueba de ningún INADI del mundo a la hora de representar a los personajes latinos).
El director de la muy superior Pelotas en juego (Dodgeball: A True Underdog Story) y los guionistas de Los rompebodas y Un loco viaje al pasado intentaron con muy poca fortuna (la efectividad entre bromas lanzadas y carcajadas logradas es bajísimo) adscribir al humor negro y zafado de la saga ¿Qué pasó ayer?, pero -más allá de algunos aislados momentos inspirados- el resultado es a todas luces fallido (y con una vuelta de tuerca final a todas luces condescendiente y conservadora). En este sentido, se termina pareciendo mucho a las últimas propuestas del decadente Adam Sandler. Como el film ya es un rotundo éxito comercial en los Estados Unidos es probable que volvamos a encontrarnos con Sudeikis y Aniston juntos en pantalla. Ojalá sea con una comedia bastante más eficaz que esta.