Disney se despacha con una que parece de Pixar. El debutante Rich Moore, como si adaptara Toy Story al mundo de los videojuegos, cuenta todo eso que pasa en los jueguitos electrónicos cuando no hay nadie que meta una ficha. Ralph el demoledor sigue las desventuras de un villano en 8-bit que emprende un viaje por los fichines cercanos para buscar esa popularidad que no tiene dentro de su propia máquina. Rich Moore recorre la evolución de los videojuegos en una película emocionante, siempre atractiva desde lo visual y llena de homenajes y apariciones sorpresas, ideal para esa nostalgia que generan los fichines en esta época del año.