Entre las múltiples deudas pendientes que tiene Hollywood, una es la de hacer una buena película a partir de un videojuego. Steven Spielberg viene de demostrar su grandeza con Ready Player One, un horizonte al que todo realizador debería aspirar, pero aquella se basó en un libro. Adaptar un juego es un cantar totalmente diferente y ni siquiera Dwayne Johnson está exento de la maldición que afecta a esta porción de la industria. Es que Rampage puede ser una relativamente fiel transposición de su material fuente, pero eso no implica necesariamente que resulte en un proyecto cinematográfico sólido.