Rampage: Devastación

Crítica de Santiago Balestra - Alta Peli

El Cine Catástrofe es un subgenero propenso a muchas situaciones que desafían lo verosímil. Ahora imaginen si a esa mezcla le sumamos las raíces de videojuego que pudiera contener la historia. Estas son las puntas con las que se maneja Rampage, adaptación del videojuego de la legendaria factoría Atari y -por supuesto- una nueva apuesta a la nostalgia.

George, El Furioso 

El primatólogo Davis Okoye tiene un particular lazo con George, un gorila albino a su cargo. Las cosas se complicarán cuando en su hábitat se estrellen los restos de un satélite, despidiendo un patógeno que acaba por aumentar su tamaño y su temperamento. Paralelamente, un lobo y un lagarto también han sido expuestos a ello con los mismos resultados. Davis, con la ayuda de una científica, deberá frenar el ataque de estos monstruos teniendo que lidiar con las autoridades y unos empresarios codiciosos que quieren sacar provecho de las criaturas.

En materia guion, Rampage: Devastación es una narración generalmente entretenida con piezas de acción bien ideadas y diseminadas apropiadamente a lo largo de la trama. Los personajes están lo suficientemente bien construidos para ganarse al espectador. Los villanos podrán parecer clichados, chatos e incluso bordeando lo caricaturesco, pero son bastante funcionales a la trama. También es necesario aclarar que si bien tiene los momentos emotivos necesarios (más en el sentido comprensivo que en el sensorial), estos son superados en no pocas ocasiones por situaciones cómicas.

La única contra que puede achacársele como un todo es que el tercer acto es una sucesión de casualidades. Una sucesión graciosa, incluso autoconsciente, pero de casualidades al fin.

En materia actoral Dwayne Johnson hace nuevamente despliegue de su carisma y, por supuesto, de su físico en las escenas de acción más desafiantes. Jeffrey Dean Morgan, como el agente del gobierno que oscila entre rival y aliado, tampoco se queda atrás en lo que a carisma se refiere y sus confrontaciones con Johnson están entre lo más logrado de la propuesta a nivel interpretativo. Naomie Harris entrega una labor bastante digna como la científica que ayuda al personaje de Johnson. Malin Akerman y Jake Lacy también hacen su aporte como los caricaturescos antagonistas de la historia; un trabajo interpretativo en sintonía al cliché ¿deliberado? en donde están enmarcados sus personajes. Si de autoconsciencia nos ponemos a hablar, se debe señalar la interpretación de Joe Manganiello, cuya estadía en pantalla toma al espectador por sorpresa, un poco por él y otro poco por la percepción tradicional que se tiene del “tipo duro” cinematográfico.

Por el costado técnico no hay mucho que decir: apropiada fotografía, un montaje que responde a las dinámicas escenas de acción, y unos efectos visuales que son cruciales tanto en las escenas de catástrofe como en la interacción de personajes digitales con personajes reales.

Conclusión

Rampage: Devastación es una propuesta que cumple con su propósito de entretener y nada más. Lo que se dice una película explícitamente pochoclera. Si quieren desconectar el cerebro y pasar un buen rato en el cine, puede que no los decepcione. No quedará en el recuerdo, pero los 107 minutos que dura serán disfrutables.