Lo más importante que logra Rancho es dar voz y cámara a quienes son invisibilizados y marginados por los medios y el sistema. No juzga, ni condena, tan solo muestra el otro lado de una población carcelaria muchas veces estigmatizada y, más allá del esperanzador y emotivo final nos deja con la sensación amarga sobre lo duro que es perder uno de los bienes más preciados, la libertad.