Así como su primer corto premiado mostraba a las mujeres que iban a visitar a “sus” presos (Peregrinación), este su primer largo documental distinguido como mejor opera prima en el Bafici 2021, muestra la vida carcelaria desde adentro, en un penal de máxima seguridad. La vida contada en directo, con sus sueños, código y costumbres, en un mundo donde las ficciones solo ponen violencias extremas y las realidades existen en una suerte de mundo paralelo. Desde un hombre de sesenta años que paso más de treinta detrás de las rejas, hasta el chico que mató a su padrastro para evitar que termine con la vida de su madre, al que se entrena para volver al boxeo y solo alberga ilusiones de libertad. Lenguaje propio, humor y códigos de un ámbito donde el realizador fue recibido, luego de mucho recelo, como alguien con quien abrirse a la confidencia, y que nos muestra reglas, pasiones y modos de razonar que sorprenden. Un trabajo que brinda climas increíbles, como quien comparte como un compañero ese momento de vida.