En una prisión de máxima seguridad en Argentina, un boxeador espera su libertad. Un grupo de chicos sueña con algún día hacer sus millones. Un joven cuenta la historia de cómo mató a su padrastro. El líder del lugar lleva 30 años de prisión. Lo que crean allí juntos es su propio tipo de utopía: un entorno cerrado con reglas y normas de su propia creación.
Rancho es un film dirigido por Pedro Speroni que entra en la vida cotidiana de los presidiarios y nos va relatando sus vivencias desde la intimidad de la celda. Los interpretes hacen de ellos mismos y Rancho parece un hibrido entre película convencional y documental, ya que en varias escenas las anécdotas que van contando los personajes se sienten guionizadas, eso es algo que no termina de convencer, pero que sin embargo no opaca demasiado el resultado final.
Lo más interesante de Rancho es que no busca ser una cinta moralizante, más bien se posiciona en una mirada neutral sobre la vida de este grupo de presos. Ese es un movimiento interesante ya que logramos empatizar con sos personajes y a su vez sentir rechazo en algún punto, es decir, vemos las luces y las sombras de esas personas.
Rancho es una película interesante que muestra la marginalidad y la precarización de las cárceles argentinas contada por sus propios miembros.