Rango es un producto de curioso pedigree. Es la primera película animada de la Industrial Light & Magic (ILM), la empresa de efectos especiales de George Lucas. El que Lucas salga a competir en un terreno liderado por Pixar y DreamWorks Animación no me resulta sorprendente, ya que el estudio venía dando pasos en tal sentido: primero, con el expertise en el manejo de CGI que han adquirido en todos estos años, y luego con la producción de tiras animadas basadas en la nueva trilogía de Star Wars - como Star Wars: Guerras Clonicas -. A esto se suma que la empresa - a través de sus múltiples emprendimientos, como es el caso de los videojuegos - había mostrado históricamente su predilección por realizar parodias de género (con títulos como Grim Fandango, Monkey Island o El Día del Tentáculo). La buena nueva es que el debut digital de la ILM recorre un camino fresco y nuevo, y se aparta de la desgastada rutina de generar subproductos basados en la mitología de Star Wars o Indiana Jones.
Pero hay mas detalles interesantes. El libretista es John Logan, que no es un tipo sacado de Pixar o Dreamworks Animación sino un curtido guionista con obras del calibre de Gladiador, El Aviador, El Ultimo Samurai o Sweeney Todd bajo el brazo. Y al mando pusieron a Gore Verbinski, quien trajo a bordo a parte de la troupe de Piratas del Caribe - como Johnny Deep y Bill Nighy - para que pusieran las voces. Es decir, ninguno de los involucrados tenía experiencia en filmes de animación y, en contra de las expectativas, terminan generando un filme realmente notable.
Rango es un canto de amor al western. Hay homenajes aquí y allá - algunos más camuflados que otros - de clásicos del oeste. Pero los más evidentes detallan una fuerte inspiración en la trilogía del Dólar de Sergio Leone: hay otro forastero anónimo (el camaleón toma el apodo de Rango luego de leerlo en una marca de zapatillas) que llega a un pueblo a impartir justicia, hay un asesino idéntico a Lee Van Cleef (Vibora Jake, interpretado por Bill Nighy); hay cabalgatas sobre el Sol naciente; y hasta hay un cameo del "pistolero sin nombre" (el personaje que hacía Clint Eastwood en los filmes de Leone), que figura aquí como el "espíritu del oeste".
Si uno la analiza al detalle, Rango es más simpática que cómica. Los personajes están bien construídos y tienen gracia, pero no son hilarantes. Es cierto que el camaleón hace de comic relief y tiene sus momentos pero el filme funciona más como un western tradicional al que le insertaron pasos de comedia con calzador. Esto se nota especialmente en la segunda mitad, en donde prácticamente es lineal y tiene algunos momentos cuasi dramáticos. Ojo que esto no es desmerecer el filme, de ningún modo!. La película es deliciosa e inteligente, y tiene momentos de sublime inspiración como la secuencia en el desierto (cerca del climax), en donde el héroe comienza a tener epifanías de todo tipo y color. Allí es cuando Rango abandona la parodia y encuentra vuelo propio.
Es cierto que, a estas alturas, todas las historias sobre el lejano oeste ya han sido contadas, pero Rango encuentra su propio camino. Como película de animación, creo que es bastante compleja y adulta, y sobrepasa un poco la capacidad de entendimiento de los más chicos. Hay secuencias de comedia slapstick insertadas con calzador como para que los más pequeños no se aburran (y algunas de ellas son las que arruina el final), pero la historia tiene tantos niveles que entretiene a todos por igual... aunque nosotros - los más grandes y que tenemos una idea del cine western - la disfrutaremos aún más.