El cine de animación digital ha dejado de ser una novedad pero, cuando está bien hecho, nos asombra. Es el caso de este film, que narra las desventuras y aventuras de una lagartija –el personaje del título– en un mítico pueblo del far-west habitado por toda clase de bichos. Venido de la ciudad y tras un accidente que lo lleva allí, el personaje se hará pasar por un héroe; el pueblo carece de agua y alguien está tramando utilizar el preciado elemento como materia de canje para quedarse con las tierras. Sí, la historia recuerda un poco el negociado de “Barrio chino”, pero también a los western con matones y pistoleros, con duelos y cabalgatas. Sólo que aquí todo está interpretado por animales a un ritmo por momentos frenético, siempre divertido. Hay, incluso, momentos de humor negro. Lo que en el fondo es una adaptación del clásico cuento de hadas “El sastrecillo valiente”, se transforma en un film de aventuras extraordinariamente bien contado y, mucho mejor, de bello diseño. No hay “animalitos lindos” sino todo lo contrario: los bichos son encantadoramente feos y eso los hace, paradójicamente, más simpáticos. Hay secuencias de acción disparatada y enorme (el ataque de una extraña fuerza aérea a una diligencia) que valen por todo el film. Y también hay un gran trabajo de los actores que colocaron las voces, en particular Johnny Depp, que asume al protagonista y cuyo aporte se nota incluso en la versión doblada al castellano. De lo mejor en lo que va del año.