Rango

Crítica de Lucas Moreno - Bitácora de Vuelo

CON LAS ESCAMAS ALCANZA

Marketing: la lagartija con-voz-de-Johnny Deep estrena en Córdoba la versión con-voz-de-Johnny Deep en una sola sala y con un único horario de trasnoche…

El resto de los espectadores van a soportar un doblaje argentino que zafa hasta que aparecen ratas porteñas de arrabal… Sí, ratas porteñas de arrabal; canchereada grasa que un productor irresponsable permitió en la grabación del doblaje. Las ratas dicen “boludo”, “che”, “vos” y desconcierta tanto que el espectador sufre un lapsus y su recuperación lleva un tiempo. Pero como Rango se estructura con los mismos parámetros de cualquier película animada, el atentado del doblaje termina siendo anecdótico.

Porque la seducción de Rango no vendría jamás desde su guión copy-paste. Las películas animadas funcionan todas igual: un héroe en una aventura descubre su identidad. En donde Rango marca su diferencia es en el diseño de animación, en su originalidad y crudeza.

Hay una percepción hipertáctil que paraliza y obliga a contemplar cada detalle. Todos los animalitos de la película son horribles, propicios a fobias: escorpiones, sapos, palomas, serpientes, murciélagos, hámsters, topos y varios más. Y no están diseñados tiernamente. No, uno los mira y son repugnantes. Sus texturas son hiperreales; uno toca escamas, pelaje roñoso o piel viscosa. La apuesta de los animadores sube: la fealdad natural se combina con su deterioro. Un ratón sin dientes, un búho desplumado, un sapo obseso. Y la apuesta vuelve a subir: los bichos están antropomorfizados sin diluir ningún rasgo anatómico. Es decir, si a una iguana le ponen una camisa hawaiana y la paran en dos patas, sería idéntica a Rango. Esto crea un clima siniestro e impresionante que obviando la tontería que nos están contando, sumerge a Rango en un cuadro de Bosch.

Algo que debe reprocharse es el desubique del homenaje. De pronto suena La Cabalgata de las Valkirias para recordar a Apocalipsis Now, un personaje al que le dedican planos innecesarios es igual a Jabba The Hutt y aparece un quirquincho como El Quijote. Complicidad forzada porque Rango no es para nada una película inteligente, Rango es una película táctil y asombrosa.