Rango es un camaleón solitario con una pasión por la actuación que por un accidente termina perdido en la mitad del desierto de Mojave, luego en un pueblo de animales llamado "Tierra" o "Dirt".
Allí ve la oportunidad de convertirse en el héroe que siempre quiso interpretar e inventa una historia que lo lleva a asumir como sheriff del pueblo encargándose del problema de sequía que aqueja al pueblo.
Con este raro pero simple argumento comienza Rango, el primer film animado de Gore Verbinsky (Piratas del Caribe) y también el primero de Industrial Light & Magic (la empresa de efectos especiales de George Lucas). El film incluye las voces de Johnny Depp, Isla Fisher, Bill Nighy, Ned Beatty, Alfred Molina y otros más que no van a escuchar gracias a la brillante idea de alguien que decidió estrenarla en nuestros cines solamente en la versión doblada.
Dicho sea de paso es un doblaje bastante peculiar, ya que encontramos todos los tonos del castellano, desde el mexicano, español y el latino neutro hasta el argentino/porteño que tendrán los malos de la película, los cuales al escucharlos desconciertan y arruinan un poco el ambiente porque hasta meten un "boludo" de paso.
Destacamos la presencia del genio de Hans Zimmer que nos mantiene inmerso durante toda la película con su soundtrack, el cual incluye unos temas que rememoran a Morricone como la institución que es del spaghetti western.
Rango puede ser calificada de dos formas: Una, como nos la venden acá, como película para chicos. Funciona perfectamente con una animación excelente de ILM y Rango como personaje es caricaturesco con gags que mantienen a los chicos entretenidos durante toda la película.
Y para los grandes aparte de lo mencionado hay un western entretenido lleno de referencias a Sergio Leone, Morricone como mencionamos anteriormente, Clint Eastwood y varios actores más pero vale la pena descubrirlos solos.
Conclusión: Rango es una excelente película para chicos y grandes, es divertida y linda para ver a la vez y sobrevive al doblaje con el cual estamos obligados a verla. Es prueba que el western sigue vivo (nunca murió, solo aparece muy poco últimamente como True Grit) y es un buen ejemplo de cómo puede perdurar este género de una forma nueva.