Rango

Crítica de Migue Fernández - Cinescondite

Rango sólo es un camaleón torpe, feo y asustadizo, sin embargo en su interior habita un héroe que lucha por salir a la superficie y acabar con las injusticias del mundo. Cuando se quede abandonado en Dirt, un pueblo plagado de forajidos y asesinos, tendrá la ocasión de demostrarlo.

Uno podía pensar que a Gore Verbinski se le había acabado la chispa. Desde el estreno de Piratas del Caribe en el 2003, desatando un enorme furor de taquilla, el director no pudo volver a hacer una buena película que repitiera ese éxito. Si bien las secuelas que se hicieron sobre el capitán Jack Sparrow fueron aún más recaudadoras que su predecesora, no por nada la cuarta parte está por estrenarse, no se puede decir que sean productos logrados. Con Rango recupera ese espíritu del 2003, dado que no sólo va a llevar al público en masa al cine sino que además lo va a hacer con un trabajo excelente que es hasta el momento de lo mejor del año.

El protagonista es sólo un camaleón doméstico que accidentalmente cae de la comodidad de su terrario en un pueblo sin ley como en el Lejano Oeste. Un animal cuyo sentido en la vida es el de mezclarse y perderse en su entorno encuentra que allí se destaca, convirtiéndose rápidamente en el sheriff de Dirt. De esta forma, el comienzo en clave cómica deriva en un western con todas las letras, en un lugar donde todos son marginales sin futuro, Rango es quien puede traer esperanza a quienes necesitan creer. En el Desierto de Mojave el problema es la escasez de agua, sequía que logra que hasta los cactus mueran, y es el héroe quien se encarga de buscar la solución, luchando contra un alcalde corrupto y sus secuaces. Así, una vez que queda delimitada la estructura del far west, la película se deleita con una serie de pasos de comedia muy efectivos, permitiendo que cada personaje pueda aportar algún chiste igual o más divertido que el anterior, circulando por ambos géneros, obteniendo lo mejor de cada uno de ellos.

El único problema que tiene en Argentina, algo ajeno a la película, es que los distribuidores eligieron lanzarla sólo traducida al castellano, a excepción de alguna sala, lo cual es una pérdida importante teniendo en cuenta la calidad de actores que prestaron sus voces. Verbinski se arriesgó, se alejó de la cuarta parte de Piratas… para hacer un western animado con animales, y sin duda salió ganando. Además de los intérpretes que se sumaron al elenco, la realización contó con la presencia de viejos conocidos del director, con un gran guión de John Logan, escritor de Gladiador y Sweeney Todd entre otros, una animación realmente impresionante de la compañía Industrial Light and Magic y la banda sonora a cargo de Hans Zimmer, quien deja su marca en cuanto éxito puede.

Como hiciera Temple de Acero hace tan sólo unos días, Rango revitaliza un género dejado de lado con resultados sorprendentes. Regalando algunas secuencias impactantes, homenajeando a todos los partícipes de los westerns de la década del ’60, el film es un placer tanto narrativo como estético desde el principio hasta el fin.