Pisteros pistoleros
Claramente este no es un filme para tomar en serio. Tiene algunas de las peores actuaciones que hoy por hoy se pueden ofrecer en cartelera, un guión absolutamente infantil y escenas que superan lo ridículo. Si además consideramos que la base es mostrar autos de alta gama corriendo picadas -en este caso por las calles de Londres- y buscar estremecer a los fierreros con atronadores ruidos de motor, más el catálogo viviente de esteroides que son The Rock junto a Vin Diesel, tenemos como resultado un show de más de dos horas dedicado a la evasión más berreta que puede conseguirse.
El agente Hobbs (The Rock) acude a Toretto (Vin Diesel) para que le ayude a capturar a un peligroso y escurridizo criminal. Toretto acepta a cambio de una amnistía para él y su equipo de forajidos, a quienes convocará para hacer el trabajo.
La trama es básica, previsible y nada sorprende. Vale decir que las escenas de acción, especialmente las de lucha están bien logradas y son de lo mejor que se puede rescatar entre tanta frenada, marcha y contra marcha sin sentido.
Lo peor queda para el final, y es la promesa de una séptima entrega.