A partir de la cuarta parte la saga Rápido y Furioso pareció haber encontrado la forma de reciclarse, especialmente después de incorporar al musculoso Dwayne Johnson a la franquicia, y transformándose en una especie de aventura internacional salpicada con gotas de intriga. El problema con la sexta entrega es que las cosas se han exagerado hasta tal punto que simplemente bordea la auto-parodia. Toda esta gente es inmortal y se rige por leyes de física totalmente diferentes a las del planeta Tierra, razón por la cual realizan proezas tan improbables como ridículas. ¿Cómo construir algo de tensión, sabiendo que un tipo puede saltar 50 metros desde un coche en movimiento, cruzar volando por encima de un puente, atrapar a alguien en el aire, y estrellarse contra el parabrisas de un auto sin hacerse siquiera un rasguño?.
Las cosas vienen en onda James Bond de cuarta. Hay que atrapar a un poderoso maleante internacional, el cual está robando los componentes de una superarma utilizando coches altamente preparados. Entran en escena los chicos de Vin Diesel y, como el malo sabe como manipular la electrónica de los coches modernos, ahora los rápidos y furiosos deben correr coches clásicos, los cuales van desde el rarísimo Jensen Interceptor hasta Fords Escorts, Mustangs y un horrendo Dodge Daytona. Son todos coches de los 60 y 70, y la mayoría son ingleses porque la acción ocurre en Inglaterra, ¿ok?.
Por supuesto el gran gancho para la aventura es la reaparición con vida de Michelle Rodriguez, la cual estaba RIP desde la cuarta entrega. Hay una explicación altísimamente improbable de como la mina sobrevivió una explosión y terminó trabajando con un terrorista internacional, pero ése no es el peor pecado del filme. Los problemas pasan porque estos tipos hacen dos cosas y ya dan con el paradero del villano, el cual lo han perseguido multitud de agencias internacionales de seguridad durante años y sin éxito. Cuando lo encuentran, empiezan las persecuciones, que van de lo improbable a la bobada total. Por ejemplo, hay una cacería entre los coches clásicos y un tanque (que creo que es un Leopard, ya que es tremendamente ágil y hace trompos como si fuera una motocross) en donde pasan tonterías abismales, y la cual culmina con un coche colgando de un puente y atado con un cable de acero al cañón del blindado, secuencia que sirve de excusa para que Vin Diesel se transforme en Superman y atraviese volando 100 metros en 2 segundos, aterrizando en el antes mencionado parabrisas de un coche. O el soberanamente estúpido climax, en donde toda esta gente corretea a un gigantesco avión de carga (un Antonov ruso) en una pista de aterrizaje que debe medir 200 kilometros, ya que corren a toda pastilla y el sendero no se termina nunca. Aún cuando todo esto resulte medianamente divertido, llega un momento en se pone tan absurdo que aburre.
No todas son pálidas, ya que la saga incorpora a la diosa Gina Carano (qué buena compañera para The Rock!!) y hay una sorpresa final que promete otra secuela, esta vez con Jason Statham como invitado. Pero la historia está recargada de pasajes estúpidos - Vin Diesel abandonando en un santiamén a su novia gracias al regreso de la insípida Michelle Rodriguez; Jordana Brewster es secuestrada en Brasil, y apareciendo súbitamente en el Antonov que lleva al villano a Londres; el plan final del villano (espantar a la gente de la base militar para que saquen el dispositivo secreto de la misma y, así, atacar el convoy), que lo puede anticipar todo el mundo (incluso los niños de cinco años que están entre el público) pero no los protagonistas; el regreso fugaz de Paul Walker a Estados Unidos para preguntarle una obviedad a un mafioso y poder dar así con el paradero del villano; y dos toneladas de situaciones similares -. Es posible que Rápido y Furioso 6 no aburra porque es puro movimiento y disparate; pero, por otro lado, el guión es una estupidez abismal y no cataloga siquiera como buen cine. Por supuesto todo esto podría haberse mejorado poniendo un mínimo de empeño para que la trama no sea tan prepotente y las escenas de acción no sean tan ridículas...pero ello sería atentar contra la genética misma de la saga, la cual parece haber entrado en los terrenos de la fantasía y la ciencia ficción.