A veces la sexta parte es mejor
Que saga rara la de “Rápidos y Furiosos”. La primera había sido una gran película, sobretodo para los amantes de los autos. La segunda también había sido buena, para luego entrar en una debacle hasta que la quinta, con la vuelta de sus protagonistas originales y con la dirección de Justin Lin, reflotaron la saga con una muy buena película en Río de Janeiro. Quizás por todo esto es que la sexta se esperaba con muchos interrogantes. “Rápidos y Furiosos 6” es mucho mejor que la 5. Primero porque esta vez se enfrentan con la horma de su zapato. La historia comienza con el nacimiento de Brian y Mía en España, lugar donde no pueden extraditarlos, aunque tengan nostalgias de su ciudad natal. Allí el agente Hobbs, que los persiguió durante todo Río en la quinta parte, lo recluta a Dom y su equipo para tratar de que una banda se robe una pieza esencial de un mecanismo de seguridad a nivel mundial. Para ello le pone como cebo una foto de una mujer que trabaja con los malhechores : Letti, la pareja de Dom a quien se creía muerta y de la cual el grandote sigue enamorado. Esta seria la base sin tratar de descubrir mucho más, aunque la historia es lo de menos, es una simple, pero muy bien escrita, excusa para mostrara muchísima acción y unas persecuciones realmente impresionantes. “Rápidos y Furiosos 6” es una excelente película de acción y que, si le gustan los autos, se convierte en imperdible. PD. : No perderse el final que da pie a “Rápidos y Furiosos7” donde aparece el personaje que faltaba.