Pisteando en lo de su Majestad
Parece mentira, pero ya vamos por la 6ta entrega de los muchachos fierreros y siguen con un éxito increíble, cuestión que es en gran parte mérito de su director, el taiwanés Justin Lin. También parece mentira que la era Lin comenzó con la mediocre "Tokio Drift", pero he aquí el resultado de la perseverancia y la ganas de superarse. Incluso el director se da un gustito al final del metraje con una escena extra post créditos en la que, de cierta manera, toma revancha por como vapulearon su 1er trabajo con los rápidos y furiosos. Está bien, tuvieron algunos productos mediocres en el medio, pero son pocas las franquicias de largo plazo que se pueden jactar de tener una evolución tan auspiciosa tanto en lo técnico como lo económico.
En esta ocasión, se sigue el camino de la 6ta entrega aumentando la apuesta en la acción, la estética y los enredos internacionales. Creo que quizás ya lo hayan leído por ahí, pero la primera secuencia de persecución automovilística por las calles rusas es simplemente excelente, poderosa y atractiva como pocas veces se han visto en un film de acción con persecuciones. Luego, toda la operación se muda a Londres, un lugar que a primera vista parecería raro para estos muchachos, pero que supieron manejar con todo el vértigo que los caracteriza. Por otro lado, el perfil a lo "James Bond" que se le imprimió al equipo villano le subió varios puntos a la propuesta, dándole cierto aire de adultez y una frialdad que recuerda a los malos de aquella otra exitosa saga. Acá resulta necesario resaltar la labor y el carisma de un cada vez más ascendente Luke Evans que logra componer a un villano interesante y sofisticado. Su equipo vendría a ser como el espejo maligno del equipo de Toretto, algo que resultó atrayente y de cierta manera divertido. Se destacaron también con su presencia, Dwayne Johnson (nunca pensé que diría esto), un divertido Tyrese Gibson, la chica mala Michelle Rodriguez y la increíble Gina Carano, esa lindísima luchadora de Muay Thai que tuvo su 1er protagónico en "Haywire" de Steven Soderbergh. El carisma de Carano es hipnótico... como si hubiera nacido para estar en la gran pantalla. Esperemos verla en muchas pelis más. A contramano de estos, los protagonistas Vin Diesel y Paul Walker cumplen bien sus roles, pero no logran la empatía que alcanzaron con sus trabajos pasados.
Al igual que con la entrega anterior, se hace un mix de secuencias de acción infartantes, algunas muy bien planteadas y otras un tanto exageradas, pero sabemos bien donde nos estamos metiendo y qué estamos yendo a consumir. Hay nuevos autos, hay motos, un tanque de guerra, muchas armas y explosiones al por mayor. Hay algunos diálogos bastante básicos y poco naturales, pero en general la propuesta atrapa y complace a todos las fanáticos del género de acción y sobre todo, a los fans de la franquicia.