Con toda la carne al asador
La nueva entrega de la sexta edición de la saga de acción consigue seguir el efectivo camino marcado por el capítulo anterior, o sea una gran aventura de alto impacto.
En doce años, Rápido y furioso pasó de un film taquillero a una serie de seis largometrajes y el anuncio de un séptimo. Pero contrario a lo que muchas veces pasa, la serie en lugar de empeorar ha mejorado. Se degradó, sí, pero para volver a renacer de forma esplendorosa.
Los primeros títulos estaban centrados en las picadas y desafíos de velocidad muy puntuales. Su universo, machista empeoraba aun más por la poca simpatía que producen dichas picadas. Por eso con astucia los siguientes títulos comenzaron a meterse de lleno en el descontrol, el exceso y el más puro cine de acción, alejándose de ese mundo masivo, pero no tanto. Rob Cohen y John Singleton, dos nombres con carrera, no lograron despegar e hicieron productos taquilleros pero mediocres. Justin Lin se convirtió luego en el director oficial de la saga y luego de dos intentos de renovación, logró dar en el clavo en la quinta y la sexta entrega.
Estos dos títulos son muy superiores al resto. Tal vez la entrada del agente Hobbs (Dwayne Johnson) le aportó algo de locura y la liberó de un universo cerrado. Las escenas de acción pasaron de ser buenas a convertirse en clásicos del género. Toretto (Vin Diesel) y O'Conner (Paul Walker) han terminado triunfantes en el film anterior, pero a pesar de todo no logran encontrar la paz que han buscado. Lo mismo para el resto del equipo. Por eso aceptan esta nueva propuesta y se lanzan a una aventura enorme por toda Europa.
Con locaciones memorables como Londres, Rápidos y furiosos 6 sigue poniendo toda la carne en el asador y sigue consiguiendo que el espectador se sorprenda. Acá, llegando más lejos que nunca y tal cual lo habían avisado en la cinco, reaparece Ortiz (Michelle Rodriguez) con una una vuelta de tuerca elemental pero efectiva. Y se repite el elenco principal, más algunos nombres extras que son un lujo.
No hay que anticipar nada, lo que el espectador espera la película lo tiene. Y tiene más. Hasta el más exigente encontrará escenas de acción más allá de lo imaginable. La tecnología se ha vuelto un aliado invaluable de la saga y lo que se ve, aun siendo increíble, se ve como si fuera real. El impacto está asegurado.
Elijan la sala más grande, con el mejor sonido y participen de esta fiesta de imágenes en movimiento. Disfruten, como hace más de un siglo ocurre, de ese maravilloso arte llamado cine.