Rápidos y Furiosos 7 es una película que viola todas las leyes de la física y que viola todas las leyes del realismo, pero que cumple obedientemente con todas las leyes del entrenamiento cinematográfico; siendo popular, vertiginosa, espectacular, grandilocuente y efectista. Un digno homenaje a Paul Walker que luego de haberse retirado trágicamente de este mundo, retira su personaje de la franquicia con altura, y deja la puerta abierta a nuevos filmes para continuar la popular franquicia. Esta película es muy entretenida y es un arquetipo del cine de acción, un filme que no puede ser discutido desde otro género. Y quizás su mayor defecto sea justamente ese, que tenga demasiada acción, con demasiadas escenas espectaculares, que compiten entre sí para sorprendernos, emocionarnos y demostrarnos cuál es la secuencia más espectacular. He ahí el problema del filme, tiene un arco dramático demasiado alto desde entrada, y si todo es un clímax, en cierta forma nada lo es; a diferencia de un filme por ejemplo como Los Vengadores (2012) que tenía muchas y espectaculares escenas de acción pero al momento de llegar el final, este era un verdadero clímax; una orgía de efectos especiales, emoción y espectacularidad. Rápidos y Furiosos 7 quedará como un hito dentro de la saga, es muy emotiva, siendo el filme para que los hombres lloren de 2015, probablemente las secuelas a venir no superarán ese nivel de emotividad, que tiene un plus por la muerte de la estrella. Y es un filme que merece ser visto en la pantalla grande donde su espectacularidad se desarrolla en todo su potencial.
Escuchá la 2º crítica radial completa en el reproductor debajo de la foto, que se centra más en el tema de terminar la película sin Paul Walker.