Es muy difícil despegar el análisis de esta nueva entrega de la franquicia, de la desaparición física de Paul Walker, uno de los protagónicos de la banda . La producción se demoró, el elenco incorporó a dos hermanos del fallecido para completar las escenas restantes y se reservaron cambios en el guión original para sacar el proyecto adelante.
Seguramente por esta razón, más allá de la trepidante acción de "Furious 7", el film reserva un tramo muy emotivo para los espectadores, quienes serán recompensados por su fidelidad a la saga a la hora del cierre, donde se recordará a Walker, en una de las secuencias más nobles (y honestas, me atrevo a decir) vistas en este tipo de films, en mucho tiempo.
"Rápido y furioso" dejó hace rato de respetar las leyes de la física. En esta séptima entrega, las reinventa a su manera y para exclusivo goce de sus fans. Autos que desafían la gravedad, secuencias de destrucción en rascacielos, duelos de vehículos especiales, disparos, choques, saltos... Nada de lo que se ve, pareciera poder llevarse a cabo en la vida real. Y está perfecto que así sea. No hay que esperar un gran argumento, aquí también hay venganza.
Deckard Shaw (Jason Statham) es hermano del villano muerto de la entrega pasada y clama por equilibrar la balanza de muertes entre lados. Un dispositivo peligroso que no puede caer en manos terroristas y todos necesitan y ya está la mesa servida. Sí, hay además un par de secundarios que aportarán lo suyo (Nathaline Emmanuel y la presencia ochentosa de un prolijo Kurt Russell quien será la curiosidad del episodio) pero nada demasiado original o intenso. No.
No es necesario incluso. Con Statham estamos bien. A ver, para conseguir el artefacto que rastrearía al criminal, hay que cometer otro delito y en esa dirección se embarca la crew, dispuesta a hacernos pasar un buen momento con secuencias que rozan el delirio, pero garantizan diversión (y no, no se las vamos a anticipar). El éxito de la "Fast..." está sostenido en dos instancias: la espectacularidad en las escenas de acción, que han ido complejizándose con el avance de los números y el concepto de la camaradería entendida como familia, como valor que defiende a rajatabla.
Y aquí, la misma estará amenazada como nunca (recordemos que la sexta termina con el personaje de Han asesinado a manos de Shaw) por lo que los discursos breves de Vin Diesel (ya sabemos, no hay mucha profundidad en ellos) volverán con fuerza a emocionar a los fans.
Como nota extra de color, "Fast 7" está dirigida por James Wan, lo cual habla de la increíble ductilidad de este hombre (que viene del terror psicológico e intuitivo en sus últimos trabajos, más allá de haber hecho la primera "Saw") para adaptarse a formatos más duros y menos sutiles.
Su aporte es más que nada de potenciar la natural química del equipo y coordinar un grupo de efectos especiales fantástico donde Lola Visual Effects, Rodeo FX y Cantina Creative (todos de primerísima línea, haciendo sólo megatanques como la franquicia de "Avengers 2", "The Hunger Games", "Tomorowland", "Jupiter Ascending", etc) se lucen en la mayor parte de las secuencias. Tanto, que es difícil quedarse con alguna en particular. Todas lucen de primera.
Una superproducción que seguramente, batirá records de audiencia en todo el mundo. Y está bien. No es un film realista ni tiene algún atisbo de tomarse en serio, sino una fiesta de principio a fin, de autos, aventuras, choques, balas y amistad. El que no entienda, se pierde algo muy bueno que no se ve frecuentemente en la industria. No con esta calidad.