Acción al límite de la realidad
En "Rápidos y furiosos 8" una misteriosa mujer intentará seducir a Dom para convencerlo de regresar a la vida criminal que tanto lo acecha, traicionando a quienes lo rodean y enfrentándose a retos nunca antes vistos. La saga prometió entretenimiento que saliera de la pantalla y cumplió en esta nueva entrega.
"La realidad está a un nivel, y nosotros... un poco por arriba. No somos superhéroes, pero...". Así definió Dwayne Johnson, más conocido como "The Rock", a la saga de "Rápidos y Furiosos" en una entrevista con el periodista Lucas Baini. Y no hay mejor manera de describir la sucesión de escenas de acción, una tras otra, que se ven en este nuevo largometraje, la octava entrega de la franquicia y primera tras la muerte de uno de sus protagonistas, Paul Walker. Redireccionar un misil con la mano, conducir Lamborghinis y tanques de guerra en el hielo, manipular remotamente cientos de autos en la ciudad, una bola de demolición oscilando como distracción, un rodeo de autos contra autos, y un submarino persiguiendo a la banda de Torreto, son algunas de las tremendas secuencias que se verán en esta locura cinematográfica.
Más allá de la acción, el filme, nuevamente, retrata la familia como lo más primordial del mundo, y lo hace forzando sus extremos: Dom traicionará a su equipo por el pedido de Cipher (Charlize Theron), la hacker más peligrosa del mundo, bajo circunstancias extorsivas. Su amigo Hobbs (Johnson), su mujer Letty (Michelle Rodriguez), Roman (Tyrese Gibson), Tej (Ludacris) y Ramsey (Nathalie Emmanuel) deberán capturar a su líder, que escapó con una amenaza mundial bajo el brazo. Uno de sus antiguos enemigos, el inglés Deckard (Jason Statam) se unirá a la cacería.
Con escenarios naturales, como Cuba, Nueva York e Islandia, los heroicos forajidos viajarán de un lado a otro en increíbles persecuciones, peleas mano a mano dignas de titanes, y enfrentamientos con muchas explosiones casi pertenecientes a otra dimensión. Del otro lado, una falencia es que, por ampliar la audiencia en cines, bajando la edad de quienes se permite en las salas, el filme carece de veracidad cuando hay escenas apocalípticas, como si nadie muriera a pesar de las explosiones, y evitando mostrar eventos que son cruciales en la trama. Más allá de esos motivos, de poco serviría hacer algún tipo de análisis artístico más profundo, pues la saga siempre prometió entretenimiento que saliera de la pantalla y cumplió en cada entrega.