Luego de tanta especulación y hermetismo llega a los cines Hobbs and Shaw, un spin-off que extiende el universo de la conocida saga Rápidos Y furiosos. La película está dirigida por David Leitch, quien empezó siendo el doble de riesgo de Brad Pitt en muchas de sus películas y que luego se volcó a la dirección realizando títulos como John Wick y Deadpool 2.
Muchos cuando nos enteramos del proyecto en solitario de estos dos personajes de la popular franquicia de autos, no entendíamos a quién se le había ocurrido tal idea de llevarlos a la pantalla grande. Es obvio que muchos pensaron que era una jugada para seguir “robando” y tratar de sacarle todo el jugo a la gallina de los huevos de oro, ya que Rápidos Y Furiosos (aunque es discutida por muchos) es una marca ya para el cine pochoclero de acción estadounidense. Y tiene millones de fans en todo el mundo que revientan la taquilla internacional.
Ahora es el turno de ver en acción solamente a Luke Hobbs (Dwayne “The Rock” Johnson) y a Deckard Shaw (Jason Statham), sin la presencia del equipo liderado por Toretto. Desde el inicio del film, nos dejan en claro por qué había tanta mala onda entre estos dos individuos en las anteriores películas, ya que ambos son el agua y el aceite. Hobbs un hombre amante del gimnasio, sencillo y sin clase; Shaw en cambio más marcado por la estructura inglesa y por su gran elegancia, pero hay algo que sí tienen en común: ambos son implacables en misiones importantes.
Después de muchas idas y vueltas de no querer trabajar juntos, deciden finalmente unir fuerzas para derrotar a Brixton (Idris Elba), un enemigo de Shaw que fue modificado genéticamente y cuenta con habilidades superhumanas. Él quiere recuperar un virus biológico que la hermana de Shaw, una agente de MI6, tuvo que inyectarse para que no caiga en sus manos. El objetivo de Brixton es que el virus elimine a la parte débil y pobre de la sociedad para hacer una purificación de la población mundial. De esta forma el dúo protagonista tendrá que dejar sus diferencias para evitar una catástrofe irreversible.
Extrañamente (y lo digo porque verdaderamente no lo esperaba) la película se desarrolla muy bien. Tanto Hobbs como Shaw tienen grandes momentos donde podemos averiguar un poco más de sus vidas, fuera de los golpes y crean situaciones bien llevadas a nivel de evolución de personajes.
Las secuencias de acción son muy buenas. El CGI está muy bien y no molesta para nada. Y si hay algo para destacar son las coreografías de peleas, en especial en las que se lo ve a Jason Statham, donde por momentos nos recuerda a películas del actor como El Transportador, ya que podemos apreciar su gran destreza en las artes marciales.
Rápidos y furiosos: Hobbs & Shaw es sorprendentemente una muy buena película dentro de su género. Cumple con creces con la acción y la comedia, y no te hace extrañar para nada a Vin Diesel y a los demás integrantes de Fast and Furius. Tiene sus incoherencias y errores en el guion pero que uno tiene que saber y asimilar cuando paga la entrada para este tipo de películas.