El primer spin-off de la franquicia Rápidos y Furiosos llegó cargado de acción y con un dúo explosivo. La cinta reúne a los personajes de Dwayne Johnson y Jason Statham (Luke Hobbs y Deckard Shaw) en una nueva aventura repleta de golpes, explosiones, violencia y grandes escenas de acción con ese toque fantástico que la saga nos viene dando desde las últimas entregas. David Leich se sienta en la silla del director, quien tras haber dirigido películas como Deadpool 2 y John Wick, parece ser la mejor opción para un film de estas características.
La trama sigue a Hobbs y Shaw trabajando juntos forzadamente para salvar al mundo de un nuevo villano, Brixton. Interpretado por Idris Elba, este superhumano que se define a si mismo como Superman Negro, es el encargado de dirigir una organización terrorista con tecnología militar de última generación.
Johnson y Statham tienen una gran química en pantalla al igual que sus personajes quienes se robaron toda la atención y el amor/odio del público desde su primera aparición en la saga. La película está hecha para entretener totalmente al espectador, cuyo objetivo logra al cien por ciento. Es sin duda, la mejor opción comercial en cartelera para ver este fin de semana, y posiblemente el mejor estreno de acción de este año.