Rápidos y furiosos: Hobbs & Shaw, dirigida por David Leitch con Jason Statham y Dwayne Johnson.
Ocho películas en total lleva la saga de Rápidos y furiosos desde su comienzo en el año 2001.
De aquella primera película con un policía que se infiltraba en el mundo de las carreras de autos ilegales fuimos pasando, a más autos, más carreras, más mujeres como objeto, más reggaeton, más actores musculosos y más sin sentido. Pese a todo eso el público, en espectadores, fue acompañando esta saga inesperada.
Dieciocho años pasaron para que tengamos el primer spin-off, con dos de los últimos actores en sumarse a la franquicia: Statham y “La Roca”.
Si bien las anteriores películas de Rápido y Furioso fueron perdiendo el hilo que alguna vez tuvo, seguían enmarcadas en el mismo universo, con personajes e historias que, dentro de todo (y de ese mundo audiovisual), no desentonaban tanto.
En Hobbs & Shaw pareciera que dijeron “nuestro público se traga cualquier cosa, hagamos lo imposible, lo ridículo y lo inverosímil en este spin-off”. Y lo hicieron.
Claramente los personajes de esta película se conocieron en las anteriores, por eso no se detienen en explicarlo demasiado, pero si algún desprevenido entra a ver esto sin lo anterior, no entenderá del todo. Aunque tampoco hay mucho que entender.
La historia, si a alguien le interesa, es la de Hobbs & Shaw tratando de salvar al mundo, ¡sí al mundo!, de un virus. En el medio se meten asuntos familiares a resolver, las amistades y muchas explosiones. Pero todo, como nos tienen acostumbrados, metido con fórceps.
Idris Elba es el villano en esta historia, pero parece salido de una película de superhéroes más que de una película de acción. También hay una pequeña aparición de Ryan Reynolds que aunque no esté vestido de Deadpool, hace de Deadpool.
Hobbs & Shaw es un sin sentido. Ni siquiera diría que vale la pena verla por las explosiones, la acción y ni hablar por la historia. A esta nueva película también podrán acompañarla los números y que se llenen las salas. Pero las moscas también llenan salas.