Parodia involuntaria
Rapto (2019), de Frank Pérez- Garland es un trastabillante thriller policial compuesto de una trama que podría ser bastante sólida pero con un resultado que no le hace justicia.
Sebastián Freyre (Stefano Salvini) se presenta como un destacado alumno de último año de derecho y perteneciente a una adinerada familia limeña. Su abuelo es secuestrado y comienza a recibir indicaciones de los secuestradores que lo empujan a una búsqueda a contra reloj en la que encontrará tanto pistas para acercarse a su abuelo como profundos secretos familiares.
Desde los primeros minutos la película se encuentra con dificultades para lograr el verosímil del contexto, hay algo de la interacción entre los personajes que no se siente orgánico y pone en evidencia un artificio de los diálogos y las actuaciones. A medida que avanza la trama policial se germinan climas más logrados y buenos elementos que implantan la intriga, sin embargo se repite una tendencia cíclica que comienza en las buenas ideas y termina en las malas ejecuciones.
Rapto no corre riesgos a los cuales atribuirles el fallido, por el contrario la estructura y las vueltas de tuerca que contiene la ubican dentro de una fórmula que debería funcionar, como funciona en la enorme cantidad de películas idénticas que vimos antes que esta, sin embargo empalaga de lugares comunes y clichés que a esta altura están demasiado gastados y solo funcionan en una parodia del género.