Rascacielos

Crítica de Gaspar Zimerman - Clarín

En una reciente entrevista con Collider, Rawson Marshall Thurber se asombraba de que su Rascacielos fuera uno de los pocos tanques “originales” de Hollywood estrenados en las últimas semanas, contrastándola con el mar de secuelas que inunda los cines. El entrecomillado de la palabra “original” sirve tanto para citar al director como para relativizar el término, porque estamos ante una remake no oficial de Duro de matar remixada con Infierno en la torre.

Ya no tenemos a Bruce Willis, pero aquí está Dwayne Johnson, el ex luchador que lleva varias temporadas en el podio de los actores mejor pagos de Hollywood. Lejos de la gracia de Willis, La Roca adhiere a la línea Schwarzenegger de los héroes de acción: muchos músculos y un acotadísimo histrionismo, el estrictamente necesario para no pasar papelones y mantener su agenda cinematográfica completa haciendo más o menos siempre lo mismo (a veces, como Arnold, también se anima a la comedia).

A tono con la nueva línea inclusiva hollywoodense, aquí su personaje -Will Sawyer- tiene una particularidad: le amputaron media pierna y debe usar una prótesis para caminar. Es un ex agente del FBI devenido consultor de seguridad que ha sido contratado para supervisar La Perla, el rascacielos más alto del mundo, ubicado en Hong Kong. Pero una banda liderada por un villano con acento extranjero -clásico de clásicos- se apodera del edificio y desata un incendio que pone en riesgo a la familia de Sawyer, atrapada en el interior.

Además de unas cuantas peleas cuerpo a cuerpo, abundan las escenas no aptas para vertiginosos, con La Roca y compañía bamboleándose sobre el vacío, en una previsible trama que va decayendo y haciéndose más pesada a medida que avanza. Y que cae demasiado seguido en diálogos explicativos. En una venia al floreciente mercado chino, algunos de ellos son en cantonés y también parte del elenco es oriental: de hecho, el mejor personaje es una sicaria china -interpretada por una canadiense- que homenajea al cine de acción de esos pagos. Pero que no tiene el desarrollo que merecía: una lástima, porque tal vez le habría dado algo más de personalidad a Rascacielos.