Harta de todos
Re loca es una comedia nacional dirigida y co-escrita por Martino Zaidelis (El hombre de tu vida). Funciona como remake de Sin filtro, película chilena estrenada en 2016 que también tuvo su versión española. El reparto está integrado por Natalia Oreiro, Diego Torres, Fernán Mirás, Malena Sánchez, Gimena Accardi, Hugo Arana, Pilar Gamboa, Agustín Radagast, entre otros. Es la primera película argentina que será distribuida por Paramount Pictures.
La historia se centra en Pilar (Natalia Oreiro), una mujer de casi 40 años a la que ni siquiera su círculo familiar parece importarle lo que tiene para decir. Al guardar tantos sentimientos dentro suyo, los ataques de estrés no tardan en llegar. Una noche, Pilar ve en Puerto Madero a un hombre que tira su campera al agua. Al acercarse, el señor se da cuenta que ella está en conflicto consigo misma, por lo que le da las instrucciones necesarias para que en su casa haga un ritual que la liberará de tanta presión. Al día siguiente, Pilar ya no es la misma de siempre: ahora no tiene miedo de enfrentar a su jefe, a los que le dicen barbaridades en la calle o a sus vecinos que cada noche no la dejan dormir por poner la música muy fuerte. Sin embargo, decir todo lo que se le cruza por la cabeza también herirá a sus seres queridos.
Exactamente hace tres semanas llegó a nuestras salas de cine Sin filtros, film de España dirigido por Santiago Segura. En Netflix tenemos a la película original, donde Nicolás López estuvo a cargo de la dirección y Paz Bascuñán fue su protagonista. ¿Quién fue el que tomó la decisión de que dos películas casi iguales se estrenen con tan poco tiempo de diferencia? No lo sabemos, pero esto constituye un gran error. Porque, si hace poco viste en tu casa la película chilena o fuiste al cine a ver la versión española, los acontecimientos que se narran en cualquiera de las dos aún están muy frescos para ver de nuevo el mismo relato.
Por el contrario, si no estás interiorizado con ninguna de las dos anteriores, es muy probable que disfrutes mucho más Re loca, ya que no vas a darte cuenta que los actores argentinos pasan por exactamente las mismas situaciones, con diálogos casi idénticos. Esto no quiere decir que el filme nacional sea malo, está muy alejado de ser considerado de esa manera e incluso tiene varios aciertos que lo resaltan por sobre los otros.
Primero y principal, Natalia Oreiro teniendo el papel central. Su Pilar en un comienzo puede aburrir, no obstante cuando cambia su forma de ser lo hace al 100%, llegando a otro nivel de locura, mucho mayor y más malhablado que el de Paz Bascuñán o Maribel Verdú. Por otro lado sorprende para bien la versatilidad de Malena Sánchez, que en el pasado tuvo roles con una alta carga de drama; aquí su personaje nada tiene que ver con eso ya que interpreta a una chica superficial con millones de seguidores en las redes sociales. Gimena Accardi, a pesar de tener pocas escenas, también logra destacarse como la novia controladora del mejor amigo de Pilar. En una parte en especial, lo que le dice de frente a ésta incluso hace sentir mal al espectador.
En cuanto al vestuario, se nota una clara diferenciación antes y después del ritual. Al principio, Pilar usaba tonalidades apagadas, sin embargo al expresar todo lo que siente los colores de su ropa pasan a ser más potentes y a llamar más la atención. Por último, se puede ver un gran trabajo de fotografía, llena de luminosidad y nitidez.
A Re loca le juega en contra que la historia no sea original, sin embargo logra salir a buen puerto gracias a las buenas actuaciones y a que su moraleja feminista nunca pasará de moda.