Ready Player One, de Steven Spielberg
Por Jorge Bernárdez
Suele ocurrir con algunas películas que el proceso que llevó a su filmación es casi tan apasionante como el resultado, al menos para los que seguimos el mundo del espectáculo en alguna de sus ramas. Cuando el libro Ready Player One todavía no había sido editado, ya estaba en marcha el proceso que terminaría en la realización de la película, por lo que la producción que hoy llega a las salas llevó años de producción. No es la primera vez que Steven Spielberg se hace cargo de una adaptación, pero parece que esta vez fue algo así como la frutilla del postre que se venía preparando entre distintos actores de la industria. El asunto es que cuando Spielberg recibido el libro y el respectivo guión adaptado, le llevó muy poco tiempo decidirse en sumarse al proyecto como director y productor, porque Ready Player One resulta fascinante y para el creador de la mayoría de los eventos culturales que aparecen en esa historia, fue un desafío imperdible.
En el documental que HBO estrenó hace unos meses sobre el director, se cuenta lo que pasó cuando se metió en la producción de Jurassic Park y al mismo tiempo un técnico de la empresa de George Lucas avisó que había logrado un gráfico realista y que por ahí servía para lo que Spielberg necesitaba. Resulta que de ahí salió la primera película que puso en la pantalla imágenes digitales que nos hicieron aceptar a todos que podían verse a los ya extintos dinosaurios corriendo por una pradera en la isla Nublar donde un millonario excéntrico había logrado hacer nacer dinosaurios en el siglo veinte. En cierto sentido los que fuimos a las salas de cine fuimos afortunados y tuvimos una experiencia irrepetible, semejante a la de los espectadores de aquella película que mostraba la llegada de un tren a una estación y provocó que algunos saltaran de las sillas cuando el cine era una experiencia más cercana a una feria popular que a una sala teatral.
Ahora en otro siglo, Spielberg vuelve a sorprender, se mete en una historia que se desarrolla en el futuro y que transcurre en dos escenarios diferentes: la vida tal como la conocemos en un plano y la realidad virtual transformada en una vida paralela, donde la mayoría se vuelca para hacerse cargo de su avatar y ser algo distinto a lo que es realmente. Pero algo sacude el universo del mundo virtual, el creador del mayor juego de todos y del lugar donde todo el mundo maneja su avatar ha muerto y ha dejado un legado único, una serie de pistas para un juego que hay que solucionar y el que logre, descubrir el enigma será el nuevo dueño de Oasis -así se llama el escenario de ese juego virtual-.
El mundo real donde vive el joven Wade Owen Watts es deprimente y hostil por eso él y la mayoría prefieren entrar en Oasis y pasar allí varias horas del día, por otro lado, el juego que dejó el creador de ese mundo, James Donovan Halliday (interpretado por el extraordinario Jack Ryalance), tiene ahora un premio especial, así que una y otra vez Wade se transforma en Perceval y busca descifrar las pistas. Claro, en el camino descubrirá cosas y la película se abrirá a distintas lecturas sin abandonar el ya por todos reconocible camino del héroe.
Hay en Ready Player One un héroe y su consabido grupo de amigos que se irán sumando en cada nueva etapa, además del consabido interés amoroso: Samantha Evelyn Cook cuyo avatar se llama Art3mis es más decidida que el protagonista y su intereses parecen ser bien concretos. El resto del grupo irá apareciendo a cada paso y por supuesto terminará siendo un verdadero grupo de inadaptados. Mientras Wade va aprendiendo que no puede ni vale demasiado la pena ganar solo, del otro lado está el enemigo que es un ex cadete de la Corporación que maneja todo, que subió en la estructura empresarial y que se muestra dispuesto a todo con tal de no permitir que el manejo de Oasis quede en manos de cualquiera. Nolan Sorrento (Ben Mendelsohn) es el nombre del villano que participará con su propio avatar, metiéndose en Oasis para interferir y perseguir a Wade y sus amigos.
Con más de setenta años Spielberg logró en apenas unos meses estrenar una película reflexiva como The Post y otra de entretenimiento puro como Ready Player One. Primero se dio el gusto de trabajar con dos estrellas como Meryl Streep y Tom Hanks para luego, poner en pantalla actores jóvenes cómo Tye Sheridan y Olivia Cooke y contratar a Simon Peg. Por si fuera poco, dijo en alguna de las notas que rodar Ready Player One le hizo recordar lo mucho que se divertía haciendo cine pensando en quienes nos sentamos en la platea. Spielberg está afilado y con fuerza, lo que significa que aún quedan historias para ver en la pantalla de la mano y la cabeza de uno de los grandes directores de la historia del cine, esa es una buena noticia para disfrutar en el mundo real, que es donde vale la pena que pasen las cosas.
READY PLAYER ONE
Ready Player One. Estados Unidos, 2018.
Dirección: Steven Spielberg. Guión: Zak Penn y Ernest Cline. Elenco: Tye Sheridan, Olivia Cooke, Ben Mendelsohn, T.J. Miller, Simon Pegg, Mark Rylance, Lena Waithe, Win Morisaki, Hannah John-Kamen, Susan Lynch. Producción: Steven Spielberg, Kristie Macosko Krieger, Dan Farah y Donald De Line. Distribuidora: Warner Bros. Duración: 140 minutos.