Visualmente impactante, la adaptación que realiza del libro de Ernest Cline, el solvente Steven Spielberg, no aporta nada nuevo.
Si le toma casi dos horas y media para reflexionar acerca de los vínculos sociales, partiendo de la idea que “la realidad es sólo lo real”, es porque más allá de la habilidad para crear universos y parafernalia, no hay mucho más.