El terror de los 80 revive en un film nacional
El terror se mezcla con el humor y las referencias cinéfilas en esta divertida película de Hernan Findling, que logra algo tan difícil como llevar a la Argentina del siglo XXI el estilo y sobre todo el ritmo de las películas norteamericanas de la década del ’80. “Realidad virtual” parte de la parodia y también del disparate: comienza con la película de terror dentro de la película de terror, la última escena que los personajes filman con un chico insoportable que asusta a su niñera en una Noche de Brujas. El género de este film es el del “cine dentro del cine”, con el director, los actores y algunos miembros del equipo encerrados en la primera exhibición del montaje terminado mientras son liquidados uno por uno, según la lista de bajas que se ve en la pantalla. La película que ven no es exactamente la que filmaron, y la culpa la tiene el director, que hizo un ritual pagano, y el productor que le dio un programa de edición con “inteligencia artificial” que funciona con sangre.
Findling se las arregla con pocos elementos para mantener el pulso narrativo y, sobre todo, el ritmo basado en un contrapunto permanente entre tensión y gore, en este caso más que generoso aunque nunca tan tremendo como para que el resultado sobrepase el entretenimiento familiar. Las actuaciones son sólidas, ya que no es éste el tipo de película que requiera un Laurence Olivier. Los rubros técnicos son de buen nivel, en especial la fotografía que hace un excelente doble trabajo al darle estéticas diferentes al film que se proyecta dentro de la película.