¿Hasta dónde puede llegar un hombre enceguecido por ser famoso? ¿Cuáles son los límites que tiene una persona para cumplir un “sueño”?
Reality plantea interesantes respuestas a esas interrogantes en clave de comedia a la italiana. Y tal vez ahí es donde falla un poco porque luego de un arranque cómico en donde vemos al protagonista que de casualidad hace el casting para entrar a la casa de Gran Hermano, luego se contempla un gran drama familiar por la obsesión del tipo, y la identidad del film se va perdiendo de a poco.
El director Matteo Garrone, consagrado por Gomorra (2008), su última película, en esta oportunidad escoge el grotesco en claro homenaje a los films italianos de las décadas del ’50 y ’60 para adornar la historia y sus personajes, y lo logra pero al intentar mezclarlo con el realismo no consigue un buen resultado.
Asimismo, no intenta hacer un análisis sociológico de los reality shows y su impacto sino contar una simple historia. Tan simple que resulta bastante previsible.
El reparto está muy bien y el protagonista (Aniello Arena) tiene muy buenos momentos pero no tanto como para hacer crecer a una película con una identidad difusa y que se queda en el camino.