REC se está transformando en una saga de terror por demás respetable, más si tenemos en cuenta que es un producto puramente español, salvo el hecho de haber sido objeto de una remake –correcto pero descarado calco de la original- obviamente estadounidense. REC 3, que propone en su arranque una joven
pareja que se casa, con una pintoresca y formidable descripción de sus situaciones y personajes clásicos, tiene una relectura casi decisiva con respecto a los dos films anteriores. Aquí no hay una continuación del inquietante final de la parte dos, sino que se ingresa en una nueva veta de la trama (su denominación El comienzo, que da a entender una precuela, es una “traducción” de génesis, más que ver con lo litúrgico que otra cosa), hechos que en
apariencia ocurren contemporáneamente a los anteriores. Además rompe con el esquema de film narrado con cámara subjetiva en mano o u otras ocasionales, ya que el personaje que registra la idílica boda es atacado por el novio, que aplasta su camarita, y paralelamente el tal “Atún” (una suerte de Alex de la Iglesia under que filma oficialmente el evento), decide dejar de lado su pesado equipo para correr por su vida. A partir de allí se desatará el
desastre y el formato entra en un más tradicional cine de terror clase B con zombies, con mucho gore y toques de humor bastante negro. Cambios que quizás haya que atribuirlos a que en esta ocasión no hay un dueto de realizadores sino sólo uno, el igualmente notable Paco Plaza.
Buenas sorpresas en el desenlace –como el gag del audífono del abuelo zombie- y sólidos trabajos de los protagonistas Leticia Dolera y Diego Martín hacen que REC 3: El Comienzo ofrezca sin dudas un verdadero manjar para fanáticos del género.