Zombies en un Bote
[REC 4]; Apocalipsis (2014) es el final más digno que se le podría haber dado a la serie española de terror iniciada con [REC] (2007). La dispar evolución de la serie pesa sobre los hombros de la película, así como la incoherente trama conspirativa detrás de la infección zombi, pero el film hace bien endescartar el disonante elemento religioso introducido en [Rec] 2 (2009) y los intentos de comedia negra de [REC]³ Génesis (2012). El resultado es satisfactorio.
La trama sigue nuevamente a Ángela Vidal (Manuela Velasco), la desafortunada periodista y “final girl” de las primeras dos películas. Luego de sobrevivir el brote zombi original, ambientado en un tétrico edificio de apartamentos en Barcelona, Ángela es rescatada – y raudamente enjaulada – a bordo de un buque transatlántico, donde un grupo de científicos busca desesperadamente desarrollar un antivirus capaz de frenar otra posiblepandemia.
Estos zombis son de la escuela de28 días después… (Exterminio, 2002): son más veloces que sus víctimas y su mordida es altamente infecciosa, transmitiendo el virus en materia de segundos. Una bala en la cabeza todavía sirve pero las municiones no abundan y hay que ponerse creativos con nuevas y dolorosas formas de matarles. Se podrían describir con el oxímoron “exquisitamente repugnantes”, embebidos en sangre color diésel, cubiertos de pústulas mutantes y chillando a unos 115 decibeles mientras arrancan yugulares de raíz. Se ven, se oyen y se mueven temiblemente, y no hay un solo atisbo de magia computarizada a la vista. La criatura más espeluznante, no obstante, sigue siendo la “niña Medeiros”, el emaciado ser que velaba silenciosamente el ático de [REC].
A esta altura no tiene mucho sentido lamentar la pérdida del formato “falso documental” que solía ser el emblema de la serie, aunque vale aclarar que la nueva película lo ha abandonado definitivamente (no sea que la gente vaya con otra expectativa). Lo que [REC 4]; Apocalipsis recupera es otra cosa: la angustia, que se construye muy bien durante la primera mitad de la película, trabajando la paranoia viral y el pavor de la claustrofobia, y el horror, que se desenvuelve naturalmente ya en la segunda mitad del film.
Así que el horror de esta película de horror está excelentemente planteado y ejecutado. Es fácil lidiar con la muerte de la mayoría de los personajes de la película, tratándose dentro de todo de gente estúpida o desagradable. Ni siquiera Ángela es una protagonista muy entrañable, ya que estamos en duda si aún lleva en su vientre o no el parásito que lidera las huestes zombis, y cuán dueña de sus acciones realmente es. El único personaje simpático es el operador de radio Nic (Ismael Fritschi), aunque sea porque aporta cierto entusiasmo y tiene un gusto excelente en remeras.
La película sufre cuando tiene que lidiar seriamente con la ridícula e incoherente mitología que Jaume Balagueró y Paco Plaza han construido a lo largo de cuatro films muy dispares en tono, forma y contenido a lo largo de siete años (dirigieron juntos los primeros dos; Plaza se hizo cargo del tercero y Balagueró de éste). Pero al final del día, [REC 4]; Apocalipsis lleva la serie a buen puerto.