Epidemia en alta mar
La primera Rec, de 2007, fue una grata sorpresa: explotaba con maestría el recurso de la cámara en mano puesto de moda por El proyecto Blair Witch. El éxito hizo que se filmaran secuelas y ahora, siete años después de la original, la saga se cierra con esta Rec 4: Apocalipsis. El mismo número ya nos anticipa que buscar innovación aquí es estéril. En todo caso, lo que hay que esperar es entretenimiento y eficacia a la hora del susto, algo logrado a medias.
A diferencia de lo que ocurre con otras sagas de terror -o franquicias, ese término más comercial y sincero que se les aplica en Hollywood- que repiten sus recursos ad infinitum, Jaume Balagueró (codirector, junto a Paco Plaza, de la 1 y la 2) tuvo la astucia de abstenerse de filmar con cámara en mano. La narración es convencional; sólo se repite el espacio cerrado. La acción transcurre en un barco que funciona como laboratorio móvil. Hasta allí han sido llevados los sobrevivientes de las tres películas anteriores, para ser sometidos a estudios que permitan encontrar la cura a la infección. Pero algo saldrá mal.
Quedó dicho: aquí no hay originalidad. En la delgada línea entre el homenaje y el plagio, Rec 4: Apocalipsis les hace guiños a clásicos del género -Alien, sobre todo- y a las entregas anteriores, y consigue que pasemos un buen rato... siempre y cuando dejemos las grandes pretensiones de lado.