La vida sin sentido
Recetas para microondas es la historia de una mujer, sus amantes, el hombre que la violó y el hijo que tuvo como resultado de esa violación. Graciela (Verónica Intile), el personaje principal, es una mujer que vive su vida sin preocuparse por lo que pasará: tiene encuentros con diversos hombres, un hijo que piensa que es su hermana y una relación complicada con su ex, violador y padre de su hijo.
Al cumplir su condena, su violador (Fabián Arenillas) busca encontrarse con ella y formar una relación con su hijo. Vemos las distintas reacciones que tiene Graciela y cómo se forma la relación entre los tres personajes.
Graciela no parece tener motivación alguna por lo que hace. La vemos quemarse y lastimarse pero nunca sufrir. Nos cuesta empatizar con ella ya que nada de lo que hace tiene sentido alguno, tiene una vida desequilibrada.
La película nos muestra diversos personajes, en su mayoría hombres, que apenas llegamos a conocer. Son los diferentes amantes que tiene ella a los que busca para obtener dinero sin trabajar. Todos son muy distintos y solo aparecen en pocas escenas.
Veronica Intile hace un buen trabajo poniéndose en el papel de Graciela, sus expresiones y su mirada perdida logran transmitir su desubicación en el mundo que la rodea. Sus acciones no buscan un efecto particular, sino que suceden porque sí.
La película lleva a que reflexionemos sobre nuestras vidas y por qué actuamos como actuamos. Graciela es un personaje al que todo le es indiferente: su hijo, su pareja y su vida en general. Recetas para microondas no busca la victimización del personaje sino la naturalización de este; muestra, de forma exagerada, la realidad de aquellos que viven por vivir y nada más.
En resumen, la película busca relatar distintas historias pero ninguna cierra. No llegamos a empatizar con ningún personaje y cuando creemos que entendemos lo que hace Graciela, cambia completamente el rumbo de la trama. Nos marea, pero al mismo tiempo nos mantiene alerta a lo que hará después.