La venganza tardía
Cuando se trata del holocausto, el cine norteamericano siempre utiliza su propia concepción de memoria activa. Hace bastante tiempo que la segunda guerra mundial dejó de ser representada solamente como una lucha entre buenos y malos, para pasar a contar las consecuencias de uno los conflictos bélicos más influyentes de la historia contemporánea. Y es que más que matar a Hitler en el campo de batalla, actualmente el verdadero conflicto para los Estados Unidos está en reconocer sus propias paradojas morales históricas a la hora de indultar criminales de guerra.
Con esta idea en mente es que el director canadiense Atom Egoyan – probablemente más conocido por la multipremiada “The Sweet Hereafter” (1997) –, junto a dos leyendas vivientes del cine como Christopher Plummer y Martin Landau, hacen de “Recuerdos Secretos” (2015) un thriller más que interesante en cuanto a narrativa e ingenio.
Zev Gutman (Plummer) es un judío sobreviviente de los campos de concentración de Auschwitz. A los casi 90 años de edad, su salud no es la mejor y para colmo su mujer acaba de fallecer a raíz de un cáncer. O eso es lo que tienen que recordarle todas las mañanas las enfermeras del asilo de ancianos en el que vive. Zev padece de demencia senil, y es por eso que gran parte de su pasado significa una nebulosa para él.
Luego del funeral de su esposa, entre todas los familiares que acudieron al homenaje se le acerca Max (Landau), otro sobreviviente y compañero del día a día en el geriátrico, el cual le entrega una carta detallando los pasos a seguir para vengarse del comandante de la SS que los torturó durante la guerra. De esta manera, Zev saldrá en búsqueda de uno de los tantos criminales nazis que pudieron escapar de la justicia bajo otra identidad, armado únicamente con una pistola y la carta de su amigo. Aunque con la dificultad de perder frecuentemente la noción de la realidad debido a su frágil memoria.
Recuerdos Secretos (2015)
Al mejor estilo “Memento” (2000), la narrativa fluye a partir de le necesidad del protagonista en tener que recordar una y otra vez el presente. Un recurso que rápidamente podría volverse repetitivo, pero que nunca llega a serlo gracias a la excelente interpretación de Christopher Plummer. El mítico actor de “The Sound of Music” (1965) – “La Novicia Rebelde” para nosotros los latinos – es capaz de demostrar con un mínimo gesto facial el total deterioro de una mente golpeada por el Alzheimer. Ya solo verlo vagar perdido y superado por su débil condición física genera la misma tensión que los momentos en donde cree encontrarse cara a cara con su torturador.
Siempre partiendo de una premisa atrapante, el guión a cargo de Benjamin August se reserva bastantes vueltas de tuerca en su argumento, sin embargo es necesario aclarar que estos giros no ayudan a pasar por alto algunas inconsistencias notorias. Principalmente las que suceden por la extraña facilidad con la Zev viaja por Norteamérica sin despertar ningún tipo de sospecha. Otro caso particular es la necesidad de reiterar algunos conceptos de la trama a través de diálogos forzados al servicio del espectador menos suspicaz. Un recurso redundante si justamente Plummer se destaca magistralmente desde el plano gestual y físico de su personaje.
De todas formas, “Recuerdos Secretos” logra sobreponerse a sus falencias dentro de una propuesta fuera de lo común, que no reinventará la rueda, pero que por lo menos nos mantendrá intrigados hasta los créditos finales. Y eso es algo para agradecer en estos días.