Sin ambiciones en el frente
Cuando se encara una segunda parte de una película cuya mayor virtud era el entretenimiento amable, hay dos posibilidades: o se intenta profundizar en la psicología de los personajes o se apuesta directamente por la diversión absurda y el sinsentido. En el primero de los casos se corre el riesgo de que esa pretendida profundización termine siendo totalmente fallida, y lo que era un noble entretenimiento se convierta en un film innecesariamente solemne. En el segundo, el peligro es que la sucesión de absurdo y sinsentido atente contra el verosímil y el film sea aburrido de tan intrascendente. Particularmente soy partidario del segundo ejemplo: cuando lo que tenés son piratas que pelean en barcos fantasmales y todo resulta divertido, lo mejor que podés hacer es profundizar en ese universo para sacarle la mayor cantidad aventura, acción y comedia. Si no, tenés Piratas del Caribe: el cofre de la muerte, una película excesiva, barroca, demasiado gigante y con una psicología que los personajes nunca reclamaron. RED 2, por suerte, sigue la línea del sinsentido. Y así es como divierte en grande.
Un detalle no menor es que el involucrado detrás de cámaras es Dean Parisot, un segunda línea de Hollywood bastante subvalorado que tiene dos películas interesantísimas como Las locuras de Dick y Jane y Héroes fuera de órbita, films que siempre en la cuerda de la comedia se burlan de cierta iconografía Americana. Si bien RED 2 podría verse desde ese lugar, con su trama política de Guerra Fría tardía que mira al mundo y aquellos encargados de “salvarlo” con sorna, es verdad que eso termina siendo lo menos atractivo del film. Aquí lo mejor pasa por una noción de velocidad narrativa, de absurdo constante y donde lo que realmente importa, más allá de lo que pasa, es cómo pasa aquello que pasa.
Debo reconocer que RED no fue una película que me haya gustado demasiado, y nunca entendí la apreciación positiva por parte de la crítica. Puede, claro que sí, que la presión del cómic original cumpliera su cometido. Es verdad que resultaba atractivo el universo de jubilados del mundo del espionaje, esa vuelta a la acción, ese tono paródico de las situaciones. Había algo reflexivo, pero que se agotaba un poco rápido y que además pecaba de cierto estancamiento narrativo que se liberaba cuando estallaba la acción: ahí sí funcionaba el espíritu del cómic. En ese sentido -y de ahí que esta película funcione mucho mejor y conecte más fluidamente con el espectador- RED 2 se olvida, primero, de recordarnos que los protagonistas son jubilados de armas tomar, los personajes ya fueron presentados y vamos directamente a la acción, sin redundancias ni reiteraciones temáticas; y segundo, de construir una trama que sume complejidades. Los guionistas entienden, inteligentemente, que el concepto de RED funciona mejor desde los personajes: y lo que hace la película es armar cada secuencia a partir de ellos.
RED 2 está hecha del mismo material que están hechas películas como Encuentro explosivo -la genial película de Mangold con Cruise y Díaz-, esa acción marca ACME que avanza y avanza con un tono exagerado y cada vez más grotesco, casi de dibujito animado y que funciona porque los personajes tienen ese registro desbordado que complementa y amplifica: Willis, Malkovich, Parker, Mirren trabajan con gran inteligencia a sus criaturas, las hacen queribles y suman niveles de autoconciencia. Uno se ríe porque el personaje absurdo está involucrado en un mundo absurdo, pero a la vez porque ese personaje absurdo y ese mundo absurdo impactan con la iconografía que cada intérprete ha construido en su trayectoria. Eso -que también lo intentaba Steven Soderbergh en la saga de La gran estafa- funciona porque el espectador está invitado a reírse y el chiste trasciende la pantalla. En RED 2 todo es puro disparate y nada importa demasiado. Es verdad, uno tiene que saber o tener ganas de disfrutar de ese sinsentido, de esa ligereza, de esa falta de expectativas y ambiciones. Esto es un puro divertimento, funciona, uno se va con una sonrisa de la sala aún sabiendo que lo que ha visto no es del todo importante. RED 2 no busca otra cosa. Piloto automático o gran diversión, cada uno elige. Yo, la pasé muy bien.