Mucho más que una película sobre Facebook
Red social (Social Networt, 2010) es un film complejo, a pesar de lo simplista que pueda resultar para muchos. Sus múltiples y posibles lecturas indican que estamos ante uno de los mejores relatos cinematográficos que ha dado la industria en mucho tiempo y que Facebook fue sólo la excusa para realizar una gran película.
A priori la historia es la ya conocida por todos. Un geniecillo estudiante y un amigo “capitalista”, ambos alumnos de la afamada Universidad de Harvard, crean una red social interna que más tarde se convertiría en uno de los sitios virtuales más cotizados del mundo. Pero más allá de esta idea, lo interesante del film de Fincher está puesto en el cómo y el porqué del surgimiento de Facebook y de cómo este sirve como un espejo de las necesidades de cada uno de sus mentores.
Red social es un film demasiado abarcativo para desarrollar en sólo algunos párrafos, y como ya lo dijimos, sus lecturas resultan ser múltiples. Sin duda lo que más llama la atención es la forma en que David Fincher eligió contar una biopic que rompe con todos los elementos característicos de este tipo de films. El primero es desacartonar la historia y trasladar los personajes reales a la ficción con rasgos característicos que remiten a ciertas comedias adolescentes, para ello elige un estilo cercano a películas como Adventureland (2009, Greg Mottola) o Supercool (Superbad, 2007, Greg Mottola) que difieren en demasía de la típica y clásica biografía americana como la que se puede preciar en films de la talla de Ray (2004, Taylor Hackford), Nixón (Oliver Stone, 1995) o Una mente brillante (A Beautiful Mind, 2001, Ron Howard) El segundo elemento con el que Fincher logra una ruptura es mostrando a los protagonistas como personajes reales y no provocando una distancia por enaltecimiento a pesar de sus grandezas y miserias. En Red social la identificación con alguna faceta de los protagonistas será permanente, tanto en sus éxitos como fracasos.
Basada en la novela de Ben Mezrich The Accidental Billionaires: the Founding of Facebook, a Tale of Sex, Money, Genious and Betrayal, la historia está narrada a partir de un flashback. Red social comienza cuando Facebook ya es un imperio y Mark Zuckerberg debe enfrentar dos demandas millonarias. Una de su socio por estafa y otra de quienes aseguran ser los verdaderos mentores de la idea. A partir de esa situación, el film seguirá un camino para nada lineal en el que se irán desarrollando los diferentes aspectos que llevaron a todas esas personas a terminar ahí. La ética, los códigos, la propiedad de las ideas, el reconocimiento, la creatividad, la vulnerabilidad y el por qué uno hace lo que hace son sólo algunos aspectos a los que Fincher nos va sometiendo como al descuido, mientras que en el trazo grueso del film vemos a un grupo de adolescentes que hacen todo esto para conseguir chicas, amigos o sólo un poco de atención.
Fincher quién ya había expuesto en Zodíaco (Zodiac, 2007) su estilo personal para teñir situaciones dramáticas de un humor corrosivo, vuelve a demostrarlo con toques que ya son una marca registrada en él. La escena de quienes estudiaron en Harvard y la pregunta final logran convertir una de las escenas más estúpidas que el cine dio en una tesis sobre la frivolidad humana y como lo único importante es la fama mediática.
El casting actoral resulta ser un atractivo extra a la hora de evaluar la película. Quienes son lindos y exitosos resultan ser en su conjunto los grandes perdedores de la historia y aquellos que tienen un fisic du rol que se puede llegar a asociarse a un nerd resultan ser quienes terminan llevándose la gloria, Aunque esa lectura pueda ser contradictoria según quien y como decida leerse. Jesse Eisenberg, Andrew Garfield y Justin Timberlake son una elección más que correcta a la hora de componer tres personajes sin caer en la burda imitación y el estereotipo a la que muchas veces nos presenta una biopic.
¿Por qué hacemos lo que hacemos? Resulta ser la gran pregunta a la que nos somete Red social, una película que va más allá de todo y que resulta imposible analizar en sólo unas líneas, sino presten atención en el plano final y como esa sola imagen da para realizar un ensayo sobre la soledad a pesar del éxito. Si no quiere quedarse fuera del sistema no puede perderse una de las mejores películas que el cine dio en mucho tiempo, sino de que va hablar con sus amigos virtuales. O acaso Facebook no es para eso.