Me gusta.
La película dirigida por David Fincher y guionada por Aaron Sorkin es un fiel retrato de la relaciones modernas, del profundo cambio al que estamos asistiendo en cuanto a medios de comunicación y de las consecuencias que esto trae en nuestros paradigmas y personalidades. ¿Tanto así? Sí, este frío film refleja en la figura de Mark Zuckerberg y su Facebook el deseo que siente gran parte de la sociedad de ser popular, ser tenido en cuenta, llamar la atención. Retrata una persona que prefiere tener fans a tener amigos, ser reconocido a ser querido, tener miles de amigos virtuales y cero amigos en serio., ¿A alguno le suena esto?. ¡Ojo!, no es una crítica a Facebook, pero resalto estos conceptos ya que creo que la película sí hace hincapié en ellos, demostrando que el software es la resultante de la enorme frustración de una persona que ha sido aislada por la sociedad, donde varios elementos y deseos ocultos de Zuckerberg cobran vida a través de la red social para tomar revancha y pasarle por encima a los populares.
Fincher, también director de films muy buenos como Seven (Pecados capitales), The Game y Fight Club (Club de la pelea), le da vida a uno de los mejores guiones de los últimos años, respetando la narrativa de Sorkin. Los Oscars por Mejor guión adaptado, Mejor montaje y Mejor banda sonora (Trent Reznor y Atticus Ross están increíble), están muy bien ganados, aunque en mi opinión se merecía también al Mejor director, pero como sabemos La Academia no suele disociar los premios de Mejor película y Mejor director.
También se demuestra como una buena dirección puede cohesionar a jóvenes actores como Jesse Eisenberg (Mark Zuckerberg), Andrew Gardfield (Eduardo Severin) y Justin Timberlake (Sean Parker), los que vendrían a ser los artífices de Facebook como lo conocemos hoy en día, para lograr un producto buenísimo.
Una temática actual, una ejecución brillante, personajes fríos y actuales, y una fotografía al nuevo entramado social donde la popularidad parece cambiar de posta a los nerds, y que se está formando a partir de la aparición de mentes con la capacidad de materializar hasta sus deseos más íntimos. ¡A no perdérsela!