Jubilación anticipada
Red es una película de acción con un atractivo temático que engancha inmediatamente. Ver a un grupo de jubilados del espionaje volviendo para la que quizá sea su última misión, tiene un atractivo que dispara preguntas e interpretaciones que dialogan con el cine del género de todas las épocas. Basada en un cómic contemporáneo, cualquiera puede pensar en Los indestructibles como una asociación inmediata. Sin embargo no es así, es cierto que ambas se remiten al cine de acción de los ochentas, pero la metodología y la construcción visual de ambas es distinta y los aciertos de este film dirigido por Robert Schwentke también tiene (al igual que Los indestructibles tenía los suyos) sus irregularidades en una trama condensada donde por momentos se diluyen protagonistas y subtramas completamente accesorias. Más allá de esto, al igual que con la película de Stallone, el entretenimiento está asegurado a pesar de un ritmo que a veces pueden encontrar algo denso.
A diferencia de Los indestructibles el principal atractivo de Red es lo heterogéneo del elenco. No todas son estrellas del cine de acción consagradas o por consagrarse, en Red tenemos a Bruce Willis junto a Helen Mirren, John Malkovich y Morgan Freeman, por ejemplo, que si bien hicieron alguna película dentro del género no son particularmente reconocibles en este registro. Ahí esta en parte lo hilarante de la cuestión: ver a Helen Mirren con una Uzi o un rifle francotirador y a John Malkovich como a un loco desquiciado (y paranoico) disparando a mansalva es una postal en si. En tanto, Willis se sostiene como el héroe de acción que tan bien sabe hacer, tratando de balancearse en una trama romántica algo inverosímil que prácticamente desaparece del mapa en la segunda parte de la película, afectando al personaje de Sarah (Mary-Louise Parker). Lo fallido de este aspecto es lo que obliga a que nos olvidemos de esta subtrama tanto como la cuestión política que aparece como una suma de datos incluida de manera algo arbitraria. Salvo, por supuesto, la mención de un año clave: 1981.
¿Por qué clave?, la respuesta está en que es mencionado en una charla entre nuestro héroe jubilado Frank Moses y el antagónico de turno, un traficante de armas encarnado por Richard Dreyfuss (Alexander Dunning). El tono de la charla remite a un Moses que alguna vez había trabajado incondicionalmente para Dunning pero las cosas habían cambiado, y no sólo por el paso del tiempo. La pregunta obligada sería si hay aquí una relectura moral de cierto cine de acción de los ochentas o si se trata de un dato accesorio incluido como parte de la trama ¿Representa Willis al estereotipo de héroe norteamericano de los ochentas, con el pecho inflado, que aceptaba misiones (o léase guiones) en países periféricos disparándole a todo a mansalva para preservar el bienestar yanqui?, ¿o sólo se trata de una sobre lectura hecha en base a un dato aislado? En todo caso, la inclusión de este diálogo en la película tiene un tono superficial que quizá pase desapercibido pero que encuentra en Karl Urban, el agente William Cooper, un vistazo de lo que pudo haber sido Moses en el pasado, logrando una relación dialógica que agrega tensión a la trama gracias a ese enfrentamiento generacional.
Otro detalle es que visualmente Red difiere de Los indestructibles. En el film de Stallone dominaba una estética cercana a las películas de acción de los ochentas: maquetas, grandes sets, secuencias de acción arbitrarias se juntaban con un mínimo (y a veces tosco) uso del CGI, entre planos donde podían apreciarse las peleas y las estrellas de turno. Aquí veremos una estética más cercana a las recientes adaptaciones de cómics con ralentis, planos detalles y encuadres más calculados y expresivos donde no falta el CGI para resaltar espectacularidad, mientras la cámara se queda no tanto con el personaje de acción, sino más bien con las consecuencias de esa acción. Por decirlo de un modo más sencillo: Los indestructibles retoma la estética de los ochentas y Red es una película actual, con temáticas que remiten al héroe ochentoso desde otra perspectiva.
En definitiva, una película entretenida donde no todos son aciertos, pero que cuando fluye como comedia de acción logra situaciones antológicas. También hay drama y romance, pero estos aspectos van a aparecer prácticamente insostenibles, más allá de que el reparto logra barrer esto gracias a cosas como el muñeco de Malkovich o la historia romántica de Mirren con un ex agente ruso.