Los protagonistas son dos jóvenes hermanos Olya (Angelina Strechina) y Artyom (Daniil Izotov) que pierden a su madre en un accidente automovilístico. Cuando los dos chicos pelean en el asiento trasero la madre intenta separarlos mientras maneja, eso termina mal porque choca con un camión de frente y la madre muere. Como no tienen familiares que los cuiden van a una institución educativa. La asesora del lugar es Valentina (Darya Belousova), allí se encuentran con otros jóvenes y cada uno de estos tiene problemas personales o con sus parientes.
Aquí nos encontramos con una leyenda urbana, un espíritu maligno que habita detrás de un espejo: “Reina de espadas” que vivió en 1888, al ser invocado puede desatar una serie de situaciones terroríficas. La cámara se mueve intensamente buscando inquietar, para lograr algún susto y sobresalto, sumado a ambientes con poca luz, bajo un estilo gótico y hasta se produce la posibilidad de ingresar a otra dimensión. Lo que sigue es encontrarnos con una historia de fantasmas ya vista en distintas producciones hollywoodenses, su argumento tiene alguna similitud con “Bloody Mary” (2006). Una trama que se encuentra dentro del género fantástico y utiliza elementos ya vistos. Quizás pueda asustar a ciertos espectadores con elementos que ya están bastante trillados.