Reflejos Siniestros cuenta con una premisa potable pero que termina tirando todo a la basura por un guion pésimo y una dirección no acorde a la trama.
Reflejos Siniestros (Queen of Spades: Through the Looking Glass, 2019) es una película de terror rusa dirigida por Alexandr Domogarov Jr. y escrita, junto a él, por Masha Ogneva, Ivan Kapitonov, Nikolay Mitropolsky y Anna Nasedkina que sirve cómo una segunda entrega de una saga de tres películas que retratan un mundo espectral detrás de un espejo y que dicho universo esta gobernado por “La Reina de las Espadas”.
En esta segunda entrega, conocemos a Olga (Angelina Strechina) y Artyom (Daniil Izotov), un par de hermanos que tras un trágico accidente de auto y la muerte de su madre, son mandados a un internado a las afueras de un pueblo en donde su relación se verá dañada luego del trágico accidente que sufrieron. En dicha escuela, encontrarán algunos aliados y al mismo tiempo una “rival” mucho más peligrosa de lo que se imaginaban ya que una noche, pelea de hermanos de por medio, Artyom encontrará un lugar oculto en el instituto y junto a su hermana y sus amigos terminaran invocando a un ente llamado “La Reina de las Espadas” que les proporcionará a cada uno un deseo pero que a forma de pago deberán dejar algo más que sólo suplicas, sino también quizás sus vidas.
A pesar de tener posters que pueden llegar a despertar algún interés, esta película demuestra que no todo lo que brilla es oro y la cinta termina siendo un completo y total desastre. Con un guion completamente absurdo en donde los estereotipos abundan y los sustos no se dan en ningún momento, Reflejos Siniestros da la pauta de que con una fotografía lúgubre y una trama “terrorífica” no es suficiente y los trabajos de sonido, la argumentación, los trasfondos de personajes y la puesta en escena son cada vez más necesarios para que el espectador logre conectar con lo que está viendo. Todo esto brilla por su ausencia en esta obra y lo único que produce es hartazgo, ni siquiera el director puede sacarle provecho a la corta duración (83 minutos) ya que promediando la mitad de la película el impacto y la atención ya están perdidos y de ahí es muy difícil volver. La cinta ni siquiera apunta al susto fácil y mucho menos a una explotación de gore o a recursos prácticos. Lo único rescatable son cinco minutos del último cuarto de hora en donde los guionistas decidieron explorar un mundo paralelo pero tan desacertada fue su ejecución que termina quedando en el olvido inmediatamente.
Ni siquiera la buena voluntad de los niños protagonistas lograr levantar un poco esta producción ya que la gran mayoría están haciendo su debut y otros tenían papeles menores en películas locales. El gran problema de cada uno de ellos es el poco desarrollo que tienen sus personajes, no hay un camino que transcurrir, no se divisan posibilidades de cambios ni nada, todo se reduce a realizar acciones porque los personajes ahí están y algo tienen que hacer.
Reflejos Siniestros demuestra que el terror no es fácil de lograr, hoy por hoy con producciones como las de Ari Aster o Jordan Peele dan la pauta de que se necesita un salto creativo en el guion antes de querer asustar al público con alguna bruja o espejismo. ¿Podrá la tercera parte llegar a nuestros cines? Por las dudas no se lo pidan a la Reina de las Espadas.