Aceptar lo que no se puede cambiar.
Es imperante rever filmes de estas características, para alejarnos cada vez más de prejuicios y así lograr ayudar a personas con adicciones y, en el mejor de los casos, comprender que son el mejor reflejo de nuestras oscuridades. Cuando un integrante de la familia está enfermo/a, la familia está enferma y es nuestro deber aceptarlo para elegir -o no- sanar juntos.
Ben is back (2018) nos relata un momento de Ben (Lucas Hedges), un adicto en rehabilitación, que desea pasar la víspera de Navidad junto a su familia y reparar el daño ocasionado en las anteriores. Ben, regresa después de varios meses de ausencia, puesto que se encuentra en el comienzo de su rehabilitación. Su madre, Holly (Julia Roberts), lo recibe con los brazos abiertos y teme que ceda una vez más a sus adicciones. Luego comienza una noche que pondrá una tensión en el amor incondicional de esta madre desesperada por proteger a su hijo.
Es remarcable el trabajo del director y guionista Peter Hedges, que nos entrega una historia de adicciones con una vuelta de tuerca; recordemos que recientemente se estrenó con éxito Beautiful boy. En este caso, el adolescente, se encuentra en un estadío diferente del tratamiento, lo que nos hace más partícipes de la historia, la música y las locaciones acompañan de manera correcta. Con un impecable guion, que nos prueba lo innecesario de lo espectacular y golpes bajos o recursos que indudablemente provocarán emociones, para relatarnos una historia tan real y fuerte. Además, cuenta con las actuaciones excelentes de Julia Roberts, actriz de larga trayectoria y Lucas Hedges (Manchester by the sea), quién ya demostró ser un joven actor muy prometedor y ansiamos verlo nuevamente en pantalla grande, con papeles similares, tan imponentes y frágiles a la vez.
Sin extenderme ni spoilear esta bella y dura película que recomiendo ver, sólo cabe destacar una vez más, que un adicto es un enfermo y debe estar contenido y rodeado de amor, paciencia y comprensión para lo que despierta en los demás: enojo, frustración, enfrentamiento, desilusión, injusticia, rabia, culpa, impotencia, y con Ben, en particular, sólo la madre y su perro Ponce creen en él y le dan una oportunidad más, ese voto de confianza que es tan difícil de otorgar, sobre todo luego de superar todos los límites y sentir que la familia corre peligro.
“No puedes salvarlo, pero te arrepentirás si no lo intentas”… palabras de una madre que perdió a su hija por las drogas.