Regresa a mí, título poco inteligente para estrenar Ben is Back, es un drama acerca de una madre y su hijo adicto a las drogas. Julia Roberts interpreta Holly Burns, una mujer que junto con su familia está enfocada en los preparativos de Navidad. Ella está junto a su hija adolescente y sus dos hijos pequeños. Cuando vuelven a la casa descubren que ha vuelto Ben, el hijo de 19 años internado por su adicción. Toda la familia, incluido el nuevo marido de Holly –padrastro de Ben-, desconfía de ese regreso sorpresivo y no le creen que el supervisor de Ben lo ha autorizado a volver. La única que quiere creer y confiar es Holly. Pronto descubrirá que todo es más complicado, no solo por Ben, sino por todas las cuentas pendientes que él ha dejado entre adictos y dealers del lugar.
La película es de una intensidad dramática importante, pero a la vez consigue construir un enorme suspenso, cercano al policial. La madre que contra viento y marea intenta creer en su hijo, pero a cada paso la familia parece tener razón en no confiar en el sorpresivo regreso. Julia Roberts, que a esta altura no merece presentación, realizar un papel extraordinario, generando una autenticidad extra en un número de escenas excesivamente concentradas, sin dudas con fines dramáticos. Desde el comienzo al final la película es una enorme historia de amor y compasión, aun también, posiblemente, de las debilidades humanas, no solo la de los adictos, sino las de aquellos que por amor no pueden ver la realidad que los rodea.