The Pact fue una refrescante propuesta de horror de 2012, que combinó con gracia y estilo un misterio policial con asesino en serie de por medio con elementos sobrenaturales. Lo encomiable de la película era su sentimiento de temor atmosférico, que iba en crecimiento con el correr de los minutos y culminaba con un trayecto final espeluznante. Saltando al 2014 y con algún que otro interrogante dejado en el aire para explorar llega The Pact II, un tibio calco de la original que no intenta demasiado por innovar, o al menos entretener.
En la secuela, el protagonismo recae en June, una joven cuyo curioso trabajo -hace limpieza de escenas del crimen- la acerca cotidianamente con la muerte. De naturaleza apática y conviviendo con un novio policía mientras dibuja sus propios cómics, June tiene también una truncada relación con una madre que entra y sale de rehabilitación por consumo de drogas. El poco equilibrio en la vida de June se pierde cuando comienza a experimentar terribles pesadillas, que la empujan a investigar los crueles crímenes del asesino Judas. ¿Verdaderamente está muerto? ¿O hay algo más siniestro ocurriendo?
La dupla de Dallas Richard Hallam y Patrick Horvath, quienes dirigen y escriben al mismo tiempo, toman las riendas que dejó vacante Nicholas McCarthy con estrepitosos resultados. Hay unas ganas enormes de estar a la altura de su predecesora, encajando su trama lo mejor posible con la historia anterior, pero el esfuerzo es en vano cuando los resultados son tan mediocres. El personaje de Camilla Luddington es muy interesante y no parece la típica heroína de horror, pero se desdibuja demasiado a medida que las revelaciones del guión se van sucediendo. La reentrada de Annie -la anterior protagonista personificada en Caity Lotz- es una bienvenida agridulce, ya que el fan service está a la orden del día, pero no aporta absolutamente nada a la trama excepto el hecho de generar algo en el espectador con el comentario "¡Miren a quien trajimos de vuelta!". Y Annie no es la única, con la intervención de la médium ciega Stevie, o las ¿alucinaciones? del Judas de Mark Steger. A favor de los directores se puede decir que replican el sentimiento de ahogo de la original, aunque el peso del ambiente termina aplastando la resolución de la trama, un cliché que se vuelve casi insoportable por su simpleza y su poca relevancia para con el encuadre general de la saga, si se la puede llamar de alguna manera.
The Pact II llega a las carteleras para cerrar un 2014 bastante pobre para el género. No sirve de nada ensañarse con dicha secuela sólo por el hecho de que es un film regular y estos meses no ayudaron demasiado al terror, pero es una manera bastante agria de despedirse del año.