Réimon (Rodrigo Moreno) acompaña la rutina de una joven empleada doméstica con una indiferencia sólo aparente, esbeltez formal y pensamientos marxistas expuestos como perturbadoras interferencias. El film tiene un planteo que parece muy simple pero no lo es, seduce e inquieta con recursos muy bien pensados y permite recordar que Moreno es uno de nuestros más agudos directores.