Gracias a las continuas luchas y peleas por una reivindicación social de parte del Estado, los travestis consiguieron muchas cosas cómo, por ejemplo, el cambio de género y nombre en el DNI. Pese a estos logros amparados por el gobierno, en la realidad, durante el día a día, insertarse en la sociedad como una más les sigue costando muchísimo. Para acompañarse y apoyarse mutuamente en 2010 fue creada la Cooperativa teatral arte-trans, con el objetivo de sacar a las travestis de las calles porque sufrían agresiones, hostigamiento policial y ejercían la prostitución.
Guillermo Bergandi filmó éste documental entrevistando y siguiendo a varias de las chicas que integran la cooperativa. Ellas hablan a cámara y cuentan sus historias. De donde son, en qué lugares viven actualmente, a qué se dedican, cómo se enteraron sus familiares de la decisión que tomaron, cuáles son los proyectos que tienen, etc.
La película fue realizada con una compaginación ágil y dinámica, para huirle al aburrimiento en el que se convierten generalmente este tipo de documentales en las que predominan las “cabezas parlantes”. Aquí, el director le imprime un concepto más moderno, renovado y adecuado a estos tiempos.
Los momentos más importantes son cuando ellas declaran cómo y a qué edad se aceptaron como travestis, o cuando decidieron realizarse los cambios corporales. Como así también enfrentar la comprensión o incomprensión de la familia. Estas escenas son narradas con sobriedad, manteniendo el equilibrio en las situaciones emotivas.
Ellas dentro del teatro tienen una cara visible, una guía llamada Daniela Ruiz, quien coordina al grupo, les acerca obras teatrales, proyectos, etc. Todas se muestran desenvueltas, cómodas frente a la cámara. Después de combatir durante tantos años para cambiar la mirada del otro no se amilanan ante un lente, porque ante las adversidades ellas lo toman siempre con optimismo y alegría. Están orgullosas de lo que son, lo que consiguieron, y conseguirán.