Reina de corazones

Crítica de Rocío Belén Rivera - Fancinema

¡MIRÁ DE QUIÉN TE BURLASTE, VOS!

Los documentales en el cine argentino, y aquí me planto con una subjetividad tan explicita porque me llena de orgullo argento, son una fuerte herramienta de contacto con la realidad social de nuestro país. Gracias a esta breve columna que escribo casi todas las semanas, he tenido el gusto de escribir sobre muchos documentales estrenados de hace tres o cuatro años para acá, y siempre me educan y me enriquecen tanto como ir a estudiar a alguna institución. Esta vez me toca tan de cerca porque el recientemente estrenado documental Reina de Corazones, de Guillermo Bergandi, nos trae la historia, no tan difundida mediáticamente, de la Cooperativa Art/Tv Trans, formada por un grupo de travestis que iremos conociendo a lo largo de la película.

A través de los relatos de cada una de las protagonistas de esta historia de militancia, reivindicación de derechos, lucha por la equidad y el orgullo de la disidencia, el documental nos muestra una veta no tan difundida ni representada por los medios hegemónicos de comunicación, al travesti como un sujeto político, un sujeto preparado y conocedor de todos los derechos que le han sido vetados o por lo menos dificultados a lo largo de su vida. Acceder al sistema educativo, respetar la propia identidad, acceso a un trabajo digno y correctamente remunerado, son algunas de las problemáticas que más padecen los miembros de la comunidad trans, aún victimas de un sistema patriarcal regido por la censura, la heteronormatividad y la expulsión de todo aquel que escape a las normas y estereotipos sociales que rigen nuestras sociedades de consumo. Además de estos relatos personales de cada una de las travestis que aparecen en el film, el documental nos ofrece escenas de la bambalinas de las tomas y fragmentos de grabaciones caseras que ayudan a completar los relatos de la historia de cada personaje y de la cooperativa en sí.

A pesar de todas estas problemáticas sociales y de la falta de políticas estatales que garanticen el acceso y la inversión de la comunidad trans a las ofertas laborales del mercado (la ley de cupo trans sólo se legisló en la provincia de Buenos Aires, y quedó como proyecto a nivel nacional), generalmente los estereotipos del trans que vemos en las producciones audiovisuales suelen ser más bien un personaje burlesco o sumergido en la marginalidad de la prostitución y el submundo de los excluidos. Esa imagen vende y ayuda a mantener el statu quo de un sistema social y económico desigual, porque escinde al trans de su configuración de sujeto político con derechos iguales a los de todos los ciudadanos que vivimos, como mínimo, en nuestro país. Pero Reina de corazones nos viene a traer la otra historia, tan verdadera y valedera como otras, que es la de las trans organizadas, informadas, militantes y llenas de energía que trabajan en pos de una equidad social y que utilizan el arte como forma de visibilización y de sustento para sus vidas.

Esta es la historia de la Cooperativa Art/Tv Trans, una de las primeras cooperativas trans de Latinoamérica, que organiza el trabajo alrededor de la producción y puesta en escena de obras de teatro con temáticas travestis. Derribando estereotipos, visibilizando desigualdades, dando a conocer las problemáticas sociales de este colectivo, la cooperativa ha logrado notoria visibilidad, teniendo varias obras reconocidas en cartel y logrando ser reconocida como de interés para la promoción y defensa de los derechos humanos por la Legislatura Porteña.

Es más que necesario que se sigan haciendo documentales de esta índole, que muestran los contra-discursos de aquello que socialmente se encuentra instalado y naturalizado. Que el arte ayude al Zeitgeist de nuestros tiempos: feminismo y disidencia en la denominada cuarta ola, quienes buscan dejar para las próximas generaciones un futuro mejor, sin desigualdades de género y con equidad de oportunidades. ¿Se está cayendo? Lo estamos tirando, sin dudas.